‘El Monstruo’ confiesa crímenes en audio enviado a su madre

Un audio de casi diez minutos ha revelado el lado más crudo y directo de Erick Moreno Hernández, alias ‘El Monstruo’, cabecilla de la banda criminal “Los Injertos del Cono Norte” y uno de los prófugos más buscados del país.

En el mensaje, enviado vía WhatsApp el pasado 2 de enero a su madre Martina Hernández De la Cruz, actualmente detenida e investigada, el delincuente admite su rol activo en actividades de extorsión y reconoce no tener intención de abandonar el mundo del crimen.

De otro lado, el fiscal supremo Tomás Gálvez fue reincorporado oficialmente al Ministerio Público tras una resolución judicial que anuló su destitución de 2021.

“Yo cobro de empresas que extorsiono, me pagan a diario. Las empresas de transportes me pagan a diario”, se escucha en el audio difundido este domingo por Cuarto Poder. “Esos son mis ingresos. O extorsiones que hago a empresarios, a veces pagan, a veces no pagan, y yo pierdo esa inversió”.

El audio fue hallado en el celular de su madre, pieza clave dentro de las investigaciones que desarrolla el Ministerio Público, por presunta participación como receptora de fondos ilícitos. En el mensaje, el tono delictivo se mezcla con reclamos familiares, desconfianza y manipulación emocional, dejando entrever una relación cargada de tensión.

El mensaje también desmiente cualquier posibilidad de rehabilitación o salida delictiva por parte del criminal. “No puedo salirme de esto porque no tengo nada, no soy nada. Si me retiro, quedan mis enemigos, quedan los aliados… ellos van a estar en guerra siempre con mis enemigos. Así me retire, van a pensar que sigo ahí y van a atacar a mi familia”.

A pesar de referirse constantemente al “dinero” y al peligro que lo rodea, Moreno Hernández insiste en que no vive con abundancia.

“No tengo mucha plata… si tuviera, te pondría en un lugar mejor”, le dice a su madre, a quien también exige transparencia. “Antes de enviarte dinero, quiero pruebas del hospital, de tu cita. No palabras, papeles”.

En una parte más dura del audio, lanza frases que reflejan un profundo desprecio hacia su entorno y su propio rol familiar. “Si mi familia me odia, me vale tres pepinos porque no me han dado nada (…) Te recalco por séptima vez: no pienso retirarme porque no soy nada, no tengo nada todavía”.

Estas confesiones no solo complican aún más su situación legal, sino que fortalecen las hipótesis fiscales sobre la existencia de una red criminal estructurada con vínculos familiares, movimientos internacionales de dinero y una jerarquía definida.

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