Señor Director:
El reajuste del sueldo mínimo es un avance en las condiciones laborales de miles de trabajadores. Sin embargo, no podemos analizar su implementación sin considerar el impacto real sobre las PYME que, a diferencia de las grandes empresas, operan con economías de escala limitadas y márgenes mucho más ajustados.
Para muchas, el alza puede significar frenos a inversiones, preferir servicios vía honorarios, restringir contrataciones o incluso reducir personal. Por esto, los subsidios comprometidos por el Estado jugarán un rol clave. Sin embargo, para que estos cumplan su función deben ser simples, transparentes y de acceso oportuno, especialmente en segmentos que no cuentan con departamentos especialisados en recursos humanos o asesoría tributaria.
Este debate no se trata de elegir entre desarrollo económico o mejoras laborales: se trata de articular ambos objetivos para diseñar una política pública realista y sensible con un segmento que sigue siendo el mayor empleador del país y un motor insustituible para el desarrollo económico.
Bruno Marsano
CFO de Maxxa