El paso al frente de la tercera generación Angelini

En julio de 1978, comenzó a tomar forma la arquitectura societaria del Grupo Angelini. En ese mes se protocolizó la creación de Inversiones Topocalma S.A., el vehículo con el que Anacleto Angelini buscaba organizar los negocios de su familia, que entonces aún estaban concentrados en la pesca, y que fue bautizado en honor a un pequeño balneario en la Región de O’Higgins. 47 años después, esa sociedad opera bajo el nombre de Inversiones Angelini y Compañía Limitada y es la sociedad de inversiones de uno de los clanes empresariales más influyentes del país.

Con el tiempo, el conglomerado amplió su alcance hacia los sectores forestal y energético. En 2002, en medio de esa expansión, adoptó su nombre actual. Desde entonces, la firma se consolidó como la sociedad “madre” del Grupo Angelini, a través de la cual controla AntarChile, holding familiar con participaciones en Empresas Copec –que a su vez agrupa a Copec, Arauco, Abastible, Metrogas y Las Salinas–, además de Colbún, Corpesca e Inversiones Nutravalor (ver recuadro e infografía).

Hoy, con un capital que supera los US$ 4.398 millones, Inversiones Angelini figura entre las entidades con mayor patrimonio del país. En estas casi cinco décadas ha atravesado múltiples ajustes, tanto en su estructura societaria como en su operación y gobierno corporativo. Uno de los hitos clave ocurrió hace casi 20 años, cuando, tras la muerte de Anacleto Angelini, se formalizó el traspaso de su participación a sus herederos: sus sobrinos Roberto (76) y Patricia Angelini Rossi (71). Años más tarde, en 2020, se concretó una nueva reorganización con la partición legal de los bienes de su señora, María Noseda Zambra.

Y el 21 de junio pasado, el pacto social que regula a la sociedad matriz del grupo fue nuevamente modificado. Esta vez, el objetivo fue establecer una nueva estructura para su administración. Y para eso, también unificaron los artículos del acuerdo de actuación conjunta en una nueva escritura pública.

Según fuentes conocedoras, se trata de un nuevo diseño para un grupo que sigue afinando su proyección a largo plazo, un principio que el propio Anacleto Angelini -don “Cleto”- instaló como parte de su legado. Esa idea aún permea la cultura del conglomerado: una de las salas de reuniones de Empresas Copec, en el piso 17 de su edificio corporativo, lleva por nombre “Largo Plazo”, con un subtítulo grabado en la pared: “Por las futuras generaciones”.

El peso de cada socio

Inversiones Angelini y Compañía Limitada, con un capital de US$ 4.398 millones, cuenta con seis socios: dos personas naturales y cuatro sociedades vinculadas a ellos. Roberto Angelini participa directamente con US$ 834 millones, mientras que su hermana Patricia lo hace con US$ 672 millones. A eso se suman cuatro vehículos societarios. Inversiones Arianuova, representada por Roberto, tiene US$ 747 millones del capital. Inversiones Róndine, en manos de Patricia, mantiene US$ 602 millones. Luego está Inversiones Golfo Blanco, representada por Roberto y su hijo Maurizio, que concentra US$ 855 millones. Finalmente, Inversiones Senda Blanca, sociedad representada por Patricia y su hijo Franco Mellafe, controla US$ 686 millones.

El paso al frente de las siguientes generaciones es un proceso que se arrastra desde hace casi dos décadas y que, en los últimos años, ha entrado en una etapa más definida. Un hito en esa transición ocurrió en 2020, cuando Maurizio Angelini Amadori -48 años, arquitecto e hijo de Roberto- se integró al directorio de AntarChile y, al año siguiente, al de Empresas Copec.

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Pero no es el único con influencia. Lo ocurrido en junio confirma el avance concreto de la tercera generación en la sociedad más influyente del grupo.

Patrulla juvenil

El ajuste societario se formalizó en mayo, en la 38° Notaría de Santiago, y fue suscrito por Roberto Angelini Rossi, su hermana Patricia, y las cuatro sociedades que conforman la propiedad de la firma: Inversiones Arianuova, Róndine, Golfo Blanco y Senda Blanca (ver recuadro). También firmaron el documento los dos nietos hombres mayores de don “Cleto”: Franco Mellafe Angelini y Maurizio Angelini Amadori.

El acuerdo incluyó una serie de modificaciones al pacto social, siendo la más significativa el rediseño de la estructura de administración: la sociedad ahora está regida por un directorio de nueve integrantes, en contraste con la mesa de siete que se había definido en 2020. En ese entonces, los designados fueron Roberto Angelini Rossi; sus hijos Daniela y Maurizio Angelini Amadori; Patricia Angelini Rossi y su hijo Franco Mellafe; y los colaboradores Arnaldo Gorziglia y Manuel Bezanilla.

Desde mayo pasado, la sociedad oficializó un directorio más extenso, cuyos integrantes tendrán un mandato de cinco años y podrán ser reelegidos sin restricciones. En esta renovación se concretaron tres cambios: salió Arnaldo Gorziglia e ingresaron Jorge Andueza Fouque, designado por Roberto Angelini, y Josefina y Maximiliano Valdés Angelini, hijos menores de Patricia. Ambos, junto a Franco Mellafe, son muy cercanos y fundaron Amarena VC a fines de 2018, la rama de venture capital del family office de Patricia Angelini que ha invertido en decenas de startups en Chile y el mundo (Xepelin, F4F, Levita Magnetics, Galgo, entre otras).

Con este nuevo esquema, se materializa una señal: cinco de los nueve asientos quedaron en manos de la tercera generación, lo que les otorga capacidad para influir y aprobar decisiones clave en el devenir del conglomerado.

Pero su margen de acción no es absoluto. Según la nueva escritura -a la que accedió DF MAS-, el pacto social exige un quórum de siete votos para aprobar ciertos actos, como la adquisición de acciones o derechos en sociedades, la contratación de deuda, o la enajenación de participaciones en compañías abiertas controladas por Inversiones Angelini. Eso fuerza a que la mayoría lleguen a acuerdo.

El pacto también fija los términos económicos y operativos del directorio, y que ya existían de antes. Cada uno de sus miembros recibe una remuneración mensual de 640 UF (alrededor de $ 25 millones) y debe asistir a una sesión ordinaria al mes. Esta sesión, dicen entendidos, en general es presencial. Sobre el reparto de utilidades, en abril de cada año, con al menos siete votos a favor, el directorio definirá cuánto podrá retirar cada socio con cargo a las utilidades. Si no hay acuerdo, se activará una regla automática: en mayo, la sociedad distribuirá el 60% de los ingresos percibidos en caja por concepto de dividendos y participaciones en filiales o coligadas directas.

Hasta 2054

Según la nueva estructura, Roberto Angelini tendrá la facultad de designar a cinco directores y su hermana Patricia, cuatro. Esa atribución estará vigente hasta el 1 de marzo de 2030, salvo que alguno de los dos cese en sus funciones por “renuncia, muerte o incapacidad”. Cumplido ese plazo -o ante cualquiera de esas situaciones, según detalla la escritura pública-, la responsabilidad de nombrar a los integrantes del directorio recaerá en dos sociedades: Inversiones Golfo Blanco, que designará cinco representantes, e Inversiones Senda Blanca, que elegirá a los otros cuatro.

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Otro de los puntos fijados en la modificación del pacto es la duración de la sociedad: estará vigente hasta el 31 de diciembre de 2054. Al llegar esa fecha, se entenderá renovada de forma automática y sucesiva por períodos de 10 años cada uno.

La escritura también establece qué ocurrirá en caso de fallecimiento de uno o más socios. En ese escenario, la sociedad no se disolverá, sino que seguirá operando en los mismos términos pactados, aunque ahora con los “herederos o sucesores” del socio fallecido en su lugar.

¿Y qué pasa si un grupo o socio quiere dar término a la sociedad? Si éste representa menos del 15%, “los restantes socios podrán dejar sin efecto dicho aviso”. Pero no sólo eso. Los socios que acuerden continuar con la compañía “quedarán obligados a adquirir los derechos sociales de los socios que hubiesen dado el aviso de término, y estos últimos quedarán obligados a vender sus derechos de socio”.

¿Pero a qué precio? El pacto también lo estipula. El “valor justo de mercado” de Inversiones Angelini será determinado entre las partes. Si no hay acuerdo, entrará un árbitro que deberá designar a dos bancos de inversión internacionales con oficinas en Chile, para que definan dicho valor en un plazo de 20 días. El valor justo será el promedio de ambas valorizaciones. Y si la más alta fuere un 20% superior a la más baja, cualquiera de las partes podrá solicitar la designación de un tercer banco de inversión, cuya tasación se promediará con el valor determinado por las dos instituciones financieras previas.

La red de IACL

Inversiones Angelini y Compañía Limitada (IACL) es la sociedad clave del grupo y cuenta con un capital de US$ 4.398 millones. Desde ahí se estructuran las principales inversiones de la familia. La más relevante es AntarChile, holding que controlan con el 63,68%. Además, otras sociedades relacionadas, como Inversiones Golfo Blanco e Inversiones Senda Blanca, poseen un 5% y 4% respectivamente de ese mismo holding, y también participan en la propiedad de IACL. A través de esta matriz, el grupo controla además el 64% de Inversiones Siemel, vehículo que participa en diversos negocios, entre ellos, Megacentro.

Bajo AntarChile opera un amplio portafolio de empresas. La principal es Empresas Copec, que controla el 99% de Arauco y Copec (esta última, a su vez, es dueña de firmas como Blue Express). Además, participa en Agesa, Metrogas, Abastible, Las Salinas y Alxar Minería.

Tanto Empresas Copec como AntarChile son accionistas de Igemar, vehículo de inversión que a su vez participa en Corpesca. Igemar, junto con Inversiones Nutravalor –también parte del portafolio de AntarChile–, mantiene participación en Nutrisco e Inversiones Caleta Vitor.

AntarChile también posee el 9% de Colbún, la eléctrica controlada por el Grupo Matte. Además, tiene el 30% de Red to Green y el 20% de SerCor, firma de servicios financieros que presta asesoría y apoyo a directorios y gerencias del grupo.

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En esa misma línea, el pacto establece un mecanismo para resolver eventuales controversias entre socios. La primera opción será la designación de un árbitro de común acuerdo entre las partes. Si no hay consenso, el conflicto se someterá a arbitraje ante el Centro de Arbitraje y Mediación de la Cámara de Comercio de Santiago (CAM). Y si eventualmente el CAM no estuviera disponible, la justicia ordinaria designará un árbitro. En ese caso, deberá ser un abogado que se desempeñe -o se haya desempeñado durante al menos cinco años- como profesor de Derecho Civil o Derecho Comercial en las facultades de Derecho de la Universidad de Chile o de la Pontificia Universidad Católica.

Los escuderos

Inversiones Angelini y Compañía Limitada lleva, en total, más de 250 reuniones de directorio. En la número 251 -de noviembre de 2023-, según un acta a la que accedió DF MAS, se definieron y se entregaron luces sobre los principales ejecutivos y “escuderos” de esta sociedad. Uno de los principales es Patricio Tapia, un estrecho colaborador del clan y miembro de distintos directorios del grupo. Según aquella cita, él ejerce como gerente de la matriz.

En esa línea, los principales escuderos del grupo son los ejecutivos que llevan décadas en el conglomerado. Muchos consultados coinciden en la figura de Jorge Andueza, un histórico colaborador de la familia y uno de los orejeros más cercanos a Roberto Angelini.

A diferencia de otros grupos empresariales, donde la línea de sucesión familiar está más delineada, en el Grupo Angelini aún no está claro quién tomará el relevo como próximo “imperatore”, una pregunta que ya comienza a circular en el mercado. Consultados coinciden en que todavía es prematuro: Roberto Angelini, quien cumple 77 años el 30 de julio, sigue plenamente activo. Es una figura presente, con oficina en el piso 19 de El Golf 150, a la que asiste todos los días. Hace poco viajó a Italia tras ser distinguido con el Cavaliere del Lavoro 2025, una de las máximas condecoraciones que otorga la República Italiana al mundo empresarial, y que su tío Anacleto Angelini recibió en 2005. La ceremonia será en octubre, en el Palacio del Quirinale, y Roberto viajará con su familia para recibirla.

Opciones de sucesión, eso sí, no hay muchas: son sólo dos hermanos y siete nietos del fundador. Por ahora, quien ha tomado más protagonismo es Maurizio Angelini, hijo mayor de Roberto. Integra los directorios de AntarChile y Empresas Copec, y es descrito como activo, meticuloso y con especial interés en los temas urbanísticos del grupo: por eso ha estado involucrado en el proyecto Las Salinas. También están sus hermanos Mario y Claudio, ambos con roles ejecutivos en Arauco, desde donde recorren plantas, regiones y mercados. Daniela, la mayor, es vicepresidenta de la Fundación Angelini.

En la otra rama, Franco Mellafe -hijo de Patricia- es director de Arauco, compañía que conoce muy bien: incluso vivió en Valdivia, en la planta San José de la Mariquina. Sus hermanos menores, Maximiliano y Josefina Valdés Angelini, acaban de entrar al directorio de Inversiones Angelini.

Todavía no hay sucesores evidentes. Pero lo que ocurrió en junio dejó algo claro: la transición ya empezó.

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