Diego Elías acepta mi llamada por Zoom en Toronto, donde reside y comenzará la pretemporada este lunes.
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La primera semana de septiembre le toca volver a las competencias, en el primer torneo de la temporada, que será en Londres, Inglaterra, país donde obtuvo su última gran victoria, cuando en junio derrotó a Mostafa Asal, número uno del mundo en squash, y levantó la copa del British Open.
Tiene 28 años, es el número 2 del mundo y presagia que los próximos cuatro a cinco años serán los mejores de su carrera.
Cuando ganas en el British Open, mencionas a tu padre y dices: “Aquí con mi papá, solo nosotros dos”. ¿Cómo es la relación con él?
Mi papá fue mi primer entrenador. Él jugaba a un buen nivel, fue campeón nacional de squash por más de 15 años. Desde muy chico siempre lo iba a ver con mi mamá y él me enseñó a jugar, y fue mi entrenador toda la vida hasta ahora. Y sí, viaja conmigo a mis torneos más importantes y a casi todos mis torneos en general. Desde muy chico siempre viajamos los dos juntos a todos los torneos cuando no había ningún peruano ni ningún sudamericano.
¿No te pidió estudiar una carrera convencional?
Siempre me dice que cuando empezó a entrenarme, trató de llevarme al mejor nivel que podía para buscar mandarme a la universidad en Estados Unidos con una beca. Él lo veía por ese lado. Pero cuando ya tenía 15 años, me fue bastante bien en algunos torneos junior de mi categoría y una categoría más arriba y le dije que quería dedicarme y que no quería ir a la universidad. En ese momento, él ya sabía que si yo hacía las cosas bien, podía llegar a ser uno de los mejores del mundo.
Eres uno de los deportistas peruanos más importantes que tenemos. ¿Por qué dirías que lo estás logrando?
Mi papá siempre me dice que he tenido un poco de suerte de tenerlo a él conmigo, que él haya sido mi papá y siempre con los mejores consejos. Todas las decisiones que he tomado hasta ahora, las consulto con él.
Deduzco que, en su tiempo, dedicarse al squash era más complicado aún, ¿por qué se dedicó a ese deporte?
Él jugaba tenis, era bueno en juniors y después comenzó a jugar squash y le encantó. Pero recién a los 20 años comenzó a jugar squash. Fue campeón nacional y también era profesor. Le encantaba. Fue muy bueno, muy rápido también.
Cuando él estaba compitiendo, ¿había varios jugadores de squash?
Eran muchísimo menos. Ahora el squash cada vez está creciendo más. Trujillo y Piura son dos ciudades donde el squash se está jugando muchísimo y hay muchos niños. En los torneos junior en Perú juegan casi 100 niños, lo que antes era imposible.
¿Y eso ocurre por tus logros?
Yo creo que sí y ha ayudado a que el squash crezca y los niños, de repente, me ven y dicen que sí es posible ser de los mejores del mundo.
¿Cómo se logra ser bueno en el squash?
Es un deporte muy rápido, muy explosivo y en un espacio cerrado. Los puntos casi siempre son largos, tienes que estar muy bien físicamente. En squash casi siempre la bola se mantiene en juego. La parte física y la parte mental son muy importante. Debes tener paciencia. Los puntos son de 2, 3 minutos, y tienes 15 segundos de descanso y de ahí otra vez tienes que jugar otro punto largo. En el squash la persona con la que estás compitiendo está siempre al costado y como que puedes ponerte en el camino del otro; entonces, muchas veces depende de las decisiones en contra y tienes que estar mentalmente preparado para todo esto. Hay jugadores que son más físicos que otros y uno tiene que estar listo para eso.
¿Hay apoyo del Estado?
La federación siempre ha estado apoyando. Tienen las canchas en Villa El Salvador. Y el IPD siempre ha estado apoyandonos.
¿Faltarían más canchas?
Siempre lo que más le ha faltado al Perú han sido las canchas públicas. Solamente hay las de Villa El Salvador, pero antes de eso no había nada.
¿Y en otros países sí hay más espacios públicos?
Al país sudamericano que mejor le ha ido últimamente en juniors es Colombia y es porque casi todas las ciudades tienen un complejo de canchas públicas y es muy fácil para los chicos comenzar a jugar. Eso es lo que le falta al Perú.
Eres el número dos del mundo. ¿Qué dirías que te falta para ser el número uno?
El ranking de squash es sobre los últimos 12 meses; entonces, así ganes tres torneos grandes seguidos, no significa que seas número uno. Es un promedio de cómo te va en todo el año. Solamente es necesaria la consistencia y eso es muy difícil porque yo juego entre 15 y 17 torneos al año y en los últimos años he llegado a las semifinales en casi todos y eso es jugar tres a cuatro partidos por torneo. Son un montón de partidos y es durísimo física y mentalmente. Hay que mantener esa consistencia todo el año.
Haberle ganado al número uno del mundo te demuestra que puedes ser tranquilamente el número uno pronto.
Con Asal en la temporada jugamos tres finales y le gané las tres. Y ahora entre Asal y yo va a ser la pelea por el número uno.
El día que seas el número uno, ¿qué le dirás a tu padre?
Lo que le digo siempre cada vez que ganamos un torneo: no es una victoria solamente mía, sino que es de los dos.
Autoficha:
-“Soy Diego Elías Chehab, tengo 28 años, nací en la ciudad de Lima. Acabé el colegio y entré de frente a la profesional de squash. En los PSA, que son los torneos profesionales internacionales, he ganado 20 veces, sin contar los nacionales, sudamericanos, panamericanos”.
-“Para un partido, en la mañana hago un entrenamiento de media hora en la cancha y de ahí regreso, descanso, almuerzo y una hora antes del partido caliento. Y en el tour entre rivales ya nos conocemos por tanto que viajamos y jugamos en los mismos torneos”.
-“Al Perú en juniors le ha ido bastante bien últimamente; justo la semana pasada fue el Panamericano Junior de Squash y creo que Perú quedó tercero o cuarto en el medallero, eso nunca había pasado antes. Las potencias en Latinoamérica son Colombia, Argentina y ahora el Perú”.
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