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En su primera conferencia de prensa como presidente del Consejo de Ministros, Eduardo Arana definió a su gabinete como el de la “concertación”. Sus afanes conciliadores —”vamos a hacer hasta el último esfuerzo para coordinar con los partidos, gremios empresariales y sociedad civil”—, sin embargo, no lograron disipar el justificado recelo ciudadano ante el nombramiento del dirigente de Alianza (APP) para el Progreso César Sandoval como ministro de Transportes y Comunicaciones (MTC), quien enfrenta serios cuestionamientos por sus nexos con la minería ilegal y registra una denuncia por violencia familiar.
Según informó el titular de la comisión de Fiscalización, Juan Burgos, Mario Cabani fue exhortado por la mandataria a no brindar información sobre las cirugías que le practicó en 2023.
Sobre estos dos puntos se le preguntó a Arana, pero prefirió desviar la atención a las críticas a Sandoval por su militancia apepista. “No existe un impedimento de carácter legal y mucho menos reproche de carácter político a que una persona de algún partido pueda integrar el gabinete”, justificó, y se apresuró a negar algún tipo de “convenio, arreglo o compromiso” con APP.
Añadió que la presencia de Sandoval en el gabinete “es de carácter profesional”. “Los ministros gozan, como todos los peruanos, del principio de inocencia, nadie es culpable hasta que se demuestre lo contrario”, sentenció.
En un tono conciliador, insistió en que una característica del nuevo gabinete será “la coordinación y la convergencia”, y que se articulará con los gobiernos regionales, sociedad civil y Congreso “con respeto de la independencia de poderes”.
“Vamos a fijar nuestros esfuerzos en resolver los problemas en dos aspectos: seguridad ciudadana, que implica la lucha contra la criminalidad y la delincuencia organizada, y dejar el país en una situación económica estable poniendo énfasis en el cierre de brechas, el impulso de la inversión pública y el fortalecimiento de la seguridad local”, indicó.
En esa línea, anunció que la próxima semana coordinará reuniones con los actores políticos, sociedad civil y gremios empresariales a fin de que “la conducción de un año y dos meses que el gobierno tiene por delante sea consensuada”.
Asimismo, hizo hincapié en que el gabinete continuará con lo que se ha hecho bien y corregirá otros aspectos —no dijo cuáles—, y se negó a ponerse en un escenario de rechazo al pedido de confianza que hará al Congreso porque —aseguró— su plan de gobierno “será lo suficientemente claro y preciso”.
SABÍA QUE
Las declaraciones de Arana contrastaron con la respuesta airada que, horas antes, dio la presidenta Boluarte a sus críticos “que quieren ganar un poquito de titularidad hablando mentiras y falsedades”.
Indicó que ella y sus ministros no le tienen miedo “a las infamias, críticas y mentiras”. “Dicen: ‘la presidenta vive en un mundo paralelo’. Yo les digo: acá no hay ningún mundo en paralelo; a nuestro gobierno no nos distrae nada”.
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