El que ríe en julio… no siempre gana en diciembre

Señor Director:

Tras su triunfo en primarias, Jeannette Jara pasó de 16% a empatar con Kast en la primera preferencia presidencial (27%, Cadem), superando incluso el apoyo que sumaba previamente con Tohá y Winter (20%). Estos “empujones” post-primarias no son nuevos: en 2021 Boric subió del 12% al 34% en una semana, y Sichel del 15% al 30%. Pero, ¿son un trampolín o un espejismo?
El caso de Boric fue exitoso: tras las primarias superó ampliamente la suma que él y Jadue marcaban antes (24%) y también a Chile Vamos (33%). Aunque luego bajó a 21% y terminó la primera vuelta con 25,8%.
Sichel, en cambio, duplicó su apoyo, pero nunca superó el 33% que marcaba su coalición antes de la primaria. Luego cayó a 7% en octubre y terminó con menos votos que los que tuvo su sector en la primaria.
Kast no compitió en primarias, pero creció de forma sostenida: del 6% en julio de 2021 a 27,9% en la primera vuelta.
¿Por qué el efecto de las primarias parece fugaz? Puede deberse a la exposición mediática de los ganadores (heurística de disponibilidad). También influye el bandwagon efect (subirse al carro): la victoria actúa como señal de viabilidad. Pero las señales, si no se refuerzan, se diluyen.
Las primarias entusiasman, pero no aseguran la victoria. Como en 2021: el que ríe en julio, no siempre llega a diciembre.

Anton Kullak
Economista

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