La convocatoria para las elecciones generales del año 2026 empezó calentando el ambiente electoral y todo parece indicar que ya se alistan los candidatos y sus equipos diseñando sus estrategias y tácticas para poner en marcha sus campañas. Diera la impresión de que casi todos tienen como propósito ser los embanderados del cambio radical y alistan hasta discursos que llevarán promesas para acabar con la crisis, agudas críticas a la presidenta Dina Boluarte -claro está, sazonado con muchos ajos y cebollas- con tal de captar a muchos electores que se encuentran sumidos en la desesperanza y a merced de extorsionadores, sicarios y delincuentes de toda clase.
Por su parte, el gobierno de la señora Boluarte insiste, con la inercia de siempre, en convocar a ministros escuderos -y sobre todo ayayeros- que, aunque estén investigados por el Ministerio Público y hayan demostrado ineptitud para los cargos que desempeñan, gozan de su total confianza. Poco o nada les interesa si pueden solucionar los problemas de inseguridad, reactivar la economía y conducir unos comicios limpios, transparentes y seguros. Por otro lado, la coyuntura mundial, pese al efecto Trump y sus disparatadas decisiones en el comercio internacional, es favorable para nuestro país, ya que los precios de los minerales como: oro, plata, cobre y otros están por las nubes y todo hace predecir que se mantendrán en lo alto por buen tiempo. Este factor ayudará muchísimo a que Perú siga creciendo. No al ritmo deseado, debido a la inoperancia e incapacidad de la presidenta Boluarte, pero avanzando en fin. Asimismo, las exportaciones no tradicionales se mantienen en alza y la demanda mundial de nuestros productos de venta al exterior aumentan día a día. Igualmente, en el sector de la pesca, Dios mediante no haya fenómenos climáticos adversos, seguiremos siendo un país exportador en este rubro con un crecimiento económico moderado hasta que se realice un cambio de timón, liderado por un mandatario que encause al país rumbo al desarrollo.
Volviendo al tema electoral, personalmente creo que los candidatos de verbo florido y cambios radicales no solucionarán los problemas del Perú. Como lo he manifestado en muchas oportunidades no se trata de romper el vaso, ante la desesperación de la gente. Ni siquiera verlo medio vacío, sino verlo medio lleno, con la serenidad de sabernos un país de grandes posibilidades y un enorme potencial, para completarlo y llevar a todos los peruanos al bienestar general, como lo anhelamos desde mucho tiempo. Necesitamos gobernantes como Ramón Castilla, de gran sabiduría, criterio y elevadísimo sentido común, y hacedores como el general Manuel Odría, quien construyó escuelas, hospitales, carreteras y hoteles aprovechando la subida de los minerales por la guerra de Corea. Un escenario muy similar al que, hoy en día, vivimos.
Finalmente, quiero invitar a mis hermanos peruanos, mujeres y hombres, a reflexionar y analizar debidamente a cada uno de los 43 candidatos y no dejarnos llevar por mensajes incendiarios de plazuela, tampoco por aquellos que son populares por sus actividades en los medios de comunicación, sino más bien por personas íntegras que tengan sapiencia, serenidad y carácter para gestar el desarrollo del país. Deben ser prioritarias las propuestas antes que las agresiones verbales. De igual manera, debemos estar muy atentos para evitar ser sorprendidos por las actuales autoridades regionales y locales que gracias a los presupuestos que manejan y a las deudas asumidas están comprometiendo el futuro de otras gestiones, ya que no tiene principios éticos y valores morales que frenen este mal proceder.
El Perú necesita verdaderos líderes -que nos garanticen seguridad, estabilidad y progreso- y no los improvisados de siempre, que nos han venido empujando al precipicio. ¡Impidamos con nuestros votos que lleguen al poder los “Pepe, el vivo”!
(*) Expresidente del Consejo de Ministros