Israel afirma que uno de sus objetivos principales es destruir las capacidades nucleares de Irán, incluyendo la planta nuclear de Fordow, que se encuentra enterrada en una montaña. Sin embargo, hay un arma que podría lograr esto, y se sabe que solo Estados Unidos la posee.
Conocida como el Massive Ordnance Penetrator (MOP) GBU-57, es una de las herramientas estratégicas más importantes de Estados Unidos en el conflicto entre Israel e Irán.
Esta ojiva antibúnker de 13 toneladas, que Israel no posee, es capaz de hundirse a decenas de metros bajo la superficie antes de explotar. Una característica que es casi única en manos de Donald Trump, en caso de que decida intervenir.
Longitud: 6600 mm
Diámetro: 800 mm
Peso: 13000 kg
Cabeza de combate: 2400 kg
Penetración:
60 m en hormigón armado de 35 MPa
8 m en hormigón armado de 69 MPa
40 m en roca moderadamente dura
Guiado: Sistema inercial asistido por GPS
Material de la carcasa: Acero Eglin
PROBLEMAS EN LOS ATAQUES
A diferencia de las instalaciones nucleares iraníes de Natanz e Isfahán, la planta nuclear de Fordow se encuentra a gran profundidad, a unos cien metros bajo tierra, fuera del alcance de las bombas israelíes.
A pesar de que en cinco días el ejército israelí logró diezmar el mando militar iraní y numerosas instalaciones, varios expertos dudan de si estos ataques tengan una mayor eficacia contra el núcleo central del programa nuclear del país islámico.
En esta planta de enriquecimiento de uranio “no se han observado daños”, según el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).
Aquí es donde una bomba que se encuentra en el arsenal de los Estados Unidos entra en juego. “Solo Estados Unidos tiene la capacidad convencional” para destruir una instalación de este tipo, afirmó Mark Schwartz, general estadounidense que sirvió en Oriente Medio y ahora experto del centro de estudios Rand Corporation, según informa AFP.
Esta “capacidad convencional”, es decir, no nuclear, es la GBU-57.
¿CÓMO PODRÍA CAMBIAR EL CURSO DE LA GUERRA?
Lo que hace única a esta bomba estadounidense es su capacidad para penetrar en la roca y hormigón. La GBU-57 fue diseñada para penetrar hasta 61 metros bajo tierra antes de explotar, una característica que es idónea si se requiere atacar un búnker o una instalación subterránea.
A diferencia de muchos misiles o bombas que detonan su carga al impactar, estas ojivas rompebúnkeres buscan primero enterrarse en el suelo y solo explotan cuando alcanzan la instalación subterránea.
Estas armas están diseñadas “con una carcasa de acero reforzado muy gruesa” para ayudar a “penetrar estas capas de roca”, explica Masao Dahlgren, especialista en armas del centro de investigación CSIS en Washington.
El B-2 puede lanzar el equivalente a 5 Ford F-350 sobre un objetivo.
La bomba mostrada aquí es una GBU 57 rompebúnker que pesa robustamente 30,000lbs.
No es algo con lo que quieras estar en el lado equivocado.pic.twitter.com/NnUFV8VVKE
— 🐺 (@LeighWolf) 17 de junio de 2025
Esto explica su peso: más de 13 toneladas y 6,6 metros de largo, que la velocidad de caída sobre una superficie, se penetra como si fuera mantequilla, antes de detonar.
Además, su eficacia también reside en su detonador, que no se activa al impactar, sino que detecta cuándo la bomba alcanza una cavidad abierta y detona al entrar en el búnker.
Son los aviones estadounidenses B-2 los únicos capaces de lanzar esta bomba. Y se sabe que algunos de estos bombarderos estratégicos furtivos se desplegaron a principios de mayo en la base estadounidense de Diego García, en el océano Índico, pero a mediados de junio no había rastro de ellos, según un análisis de AFP de imágenes satelitales de PlanetLabs.
Cada B-2 puede transportar dos GBU-57.
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