Estados Unidos y China han llegado a un acuerdo para reducir los aranceles durante los próximos 90 días, en un importante paso hacia la desescalada de la guerra comercial entre las dos principales economías del mundo.
Como parte de las conversaciones en Ginebra durante el fin de semana, EEUU reducirá los aranceles sobre los productos chinos del 145% al 30%, mientras que China reducirá los aranceles sobre las importaciones estadounidenses del 125% al 10%. China también ha afirmado que suspenderá o cancelará las medidas no arancelarias adoptadas contra EEUU.
Este acuerdo representa un alejamiento temporal de la posibilidad de una desvinculación radical de las economías de ambas partes, lo cual podría tener consecuencias negativas en el crecimiento económico y la inflación en EEUU, así como en la pérdida de empleos en China.
Las acciones mundiales han respondido positivamente al anuncio, con los futuros del S&P 500 subiendo un 2,8%. El dólar estadounidense se ha apreciado un 0,7% frente a una cesta de divisas similares, mientras que el oro, considerado un activo refugio, ha experimentado una caída del 2,3%.
“Queremos un comercio más equilibrado, y creo que ambas partes están comprometidas a lograrlo”, declaró Scott Bessent, secretario del Tesoro de Estados Unidos, durante una sesión informativa en Ginebra. “Ninguna de las partes desea una disociación”.
China también ha publicado una declaración conjunta con Estados Unidos, donde afirma que esta medida cumple con las expectativas de productores y consumidores, alineándose con los intereses de ambas naciones y el interés global común.
La guerra comercial entre Washington y Beijing ha ido en aumento desde principios de abril, cuando Trump impuso aranceles adicionales a las importaciones chinas, desencadenando represalias por parte de China. Estos aranceles punitivos han afectado el comercio entre ambos países, y Bessent reconoció el mes pasado que la situación era insostenible.
Aunque este acuerdo es solo el primer paso hacia un pacto más permanente, representa un avance significativo en la disminución de las tensiones entre las dos superpotencias económicas.
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Estados Unidos y China han acordado reducir los aranceles durante los próximos 90 días, en un importante paso hacia la desescalada de la guerra comercial entre las dos principales economías del mundo.
Como parte de las conversaciones en Ginebra durante el fin de semana, EEUU reducirá los aranceles sobre los productos chinos del 145% al 30%, mientras que China reducirá los aranceles sobre las importaciones estadounidenses del 125% al 10%. China también ha afirmado que suspenderá o cancelará las medidas no arancelarias adoptadas contra EEUU.
Este acuerdo representa un alejamiento temporal de la posibilidad de una desvinculación radical de las economías de ambas partes, lo cual podría tener consecuencias negativas en el crecimiento económico y la inflación en EEUU, así como en la pérdida de empleos en China.
Las acciones mundiales han respondido positivamente al anuncio, con los futuros del S&P 500 subiendo un 2,8%. El dólar estadounidense se ha apreciado un 0,7% frente a una cesta de divisas similares, mientras que el oro, considerado un activo refugio, ha experimentado una caída del 2,3%.
“Queremos un comercio más equilibrado, y creo que ambas partes están comprometidas a lograrlo”, declaró Scott Bessent, secretario del Tesoro de Estados Unidos, durante una sesión informativa en Ginebra. “Ninguna de las partes desea una disociación”.
China también ha publicado una declaración conjunta con Estados Unidos, donde afirma que esta medida cumple con las expectativas de productores y consumidores, alineándose con los intereses de ambas naciones y el interés global común.
La guerra comercial entre Washington y Beijing ha ido en aumento desde principios de abril, cuando Trump impuso aranceles adicionales a las importaciones chinas, desencadenando represalias por parte de China. Estos aranceles punitivos han afectado el comercio entre ambos países, y Bessent reconoció el mes pasado que la situación era insostenible.
Aunque este acuerdo es solo el primer paso hacia un pacto más permanente, representa un avance significativo en la disminución de las tensiones entre las dos superpotencias económicas.