Dicen que los detalles marcan las grandes diferencias y que incluso podrian determinar el éxito o el fracaso de cualquier proyecto. En Ozu Asian & Peruvian Cuisine lo creen firmemente, tanto que se puede notar en el minucioso cuidado de sus instalaciones y servicio.
Desde la arquitectura contemporanea y las lámparas Tom Dixon que decoran los techos altos del local hasta los platos en piedra que realzan cada preparación, todo está hecho para cautivar a los comensales.
Pero, sin duda, es cuando se prueba la comida nikkéi que la experiencia llega a su punto más alto. Una variedad de sushis, como los sashimis, nigiris, tempuras; los famosos makis y los temakis, su variante en forma de cono, son parte de la extensa carta del restaurante especializado en comida asiática con alma peruana.
La agradable sorpresa que significa Ozu se presiente con solo pronunciar su nombre. Ozu no solo nos remite a un puerto del Japón. En el dialecto andaluz es una palabra que expresa asombro y se traduce como la exclamación castellana “¡Jesús!”.
Fusión a la carta
Erick Castillo Documet, uno de los socios de Ozu, cuenta que el restaurante se inició hace seis años y que, a pesar de su juventud, tiene claro que la calidad de sus insumos y servicio es un sello no negociable. “Considero que nuestra oferta es diferente. Tenemos un buen ambiente, emplatados vistosos y sabores deliciosos para que quienes nos visiten sientan que este es un lugar para vivir momentos especiales y con una atención personalizada”. Pequeños grandes detalles que están posicionando a Ozu como una de las alternativas gastronómicas favoritas de chicos y grandes.
Hablando estrictamente de comida, los amantes de los makis tienen en Ozu una versión singular y más que apetecible con arroz Botan directo de Japón. Es, como dice Castillo, “una fusión entre un maki japonés, sabor tailandés y un toque peruano”. ¿En qué consiste? Es un maki envuelto en papel de arroz con lechuga romana y como relleno un langostino empanizado, que puede ser reemplazado por pollo. La sorpresa en la mordida de este roll crocante de langostinos son los trocitos de mango acompañados de un queso crema espesado con pasas. Una delicia que se potencia con dos salsas: la spicy, en la que resalta el sabor de la sriracha tailandesa o chile fermentado; y la sabrosa mermelada de rocoto.
“Yo recomiendo a los clientes que pongan la mermelada de rocoto en un lado y en el otro la salsa spicy. La explosión de sabores del maki con esas dos salsas será algo muy distinto de lo que hayan probado antes”, asegura.
Otro maki distinto, pero de mucha acogida, es el rice pepper roll, que viene envuelto en papel de arroz con lechuga romana, relleno de atún, tartar de langostino, palta y kiuri o pepino japonés. Se acompaña de salsa ponzu, hecha a base de soyu, togarashi o polvo picante y negi, que es cebolla china.
En cuanto a los nigiri, el tipo de sushi más pedido en Japón, el nigiri niku sura es imperdible. Viene con una capa de shari o arroz blanco, un corte de lomo fino, chimichurri flameado, salsa parrillera y huevo de codorniz al término inglés.
El sofisticado gunkan de ikura con uzura es otro tipo de sushi que merece probarse. El arroz, envuelto en algas nori, es cubierto con ikura o huevas de salmón, y del uzura o huevo de codorniz, un equilibrio perfecto entre textura, sabor y tradición japonesa.
Los sashimis de Ozu aportan frescura. Son cortes de pescado crudo como el buri o el fortuno, principalmente. Aunque también suelen servirse láminas de lenguado y salmón.
Cocteles de autor
Los aperitivos y bebidas en la carta de Ozu son un punto y aparte. La coctelería de autor consta de 12 creaciones que maridan perfectamente con los platillos inspirados en la comida nikkéi & thai que se ofrecen.
Entre ellos podemos mencionar al sake sour. El clásico licor de arroz combinado con pisco peruano de la casa, que al ser de uva marida perfectamente con las entradas de Ozu como el wantán al vapor de langostinos y los solicitados makis. En este caso el almíbar utilizado es de una fruta oriental llamada laichi. Se usa limón Tahití y al final se agrega polvo matcha. Está decorado con papel de arroz comestible que lleva el logo del restaurante.
Otro coctel refrescante es una nueva versión del tinto de verano, que lleva una esfera de hielo hecha a base de espuma de piña con naranja y té jazmín. Se utiliza vino malbec infusionado con un toque de disaronno, licor italiano que aporta toques acaramelados dulces.
La presentación del espíritu Ozu, clarificado con maracuyá, albahaca, licor de melón, pisco de la casa y un almíbar especiado, asombra. Contiene un cubo de hielo protegido por una campana ahumada con palo santo y chicles de cerezo que, al retirarse, destila vapor. Una rosa es la decoración perfecta como símbolo del espíritu y aroma floral que da nombre al coctel.
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