Fleischmann y la venta de su empresa al holding de Florentino Pérez “Cuesta desprenderse, fue nuestra vida por 80 años”

Jorge Fleischmann Ruiz habla desde su oficina en Rosario Norte, frente al Parque Araucano. La empresa de su familia, bautizada con el apellido del clan, nunca acostumbró la exposición pública y es por eso que cada tanto sigue mirando de reojo su teléfeno.

Este jueves, DF publicó que el Grupo ACS, el holding del mismísimo presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, había adquirido Fleischmann SA a través de su constructora Dragados. Le siguen llegando mensajes.

La compañía llevaba más de 80 años al alero de la familia. La fundó su abuelo, Alfredo Fleischmann Rouret, en 1941. Partió desarrollando instalaciones eléctricas pequeñas. Fue escalando con trabajos en salitreras. Uno de sus hijos, Jorge Fleischmann Cerda, siguió con la expansión. Túneles, autopistas, edificios de oficinas. Pero todavía limitándose a las instalaciones eléctricas.

Llegaría la tercera generación. Sonia, Felipe y Jorge, que quedó como gerente general en 2010. Se preguntaron qué otras especialidades podían ofrecer. Incorporaron sistemas de ventilación, aire acondicionado y calefacción, red de extinción de incendios, sistemas de seguridad y llegaron al punto de poder armar por completo las instalaciones de hospitales, asegurando la continuidad operacional en casos de emergencia. En el currículum de la empresa aparecen como logros destacados el Aeropuerto Arturo Merino Benítez, el Costanera Center y la Clínica Las Condes.

Terminaron saltando al mundo del desarrollo tecnológico y digital. Han participado en la construcción de más del 40% de los data centers en Chile.

“Para mí es una gran responsabilidad liderar esta empresa que lleva el apellido no sólo de mi familia, también de mis primos, tíos, de una serie de otros Fleischmann que no son dueños, pero que igual nuestro abuelo fue el que la fundó. Hoy día mis primos me decían: ‘Te felicito, salió la noticia’. Pero créeme que no es fácil vender la empresa que ha llevado tu apellido por 80 años. Cuesta desprenderse, fue nuestra vida por 80 años. Yo tengo 50, pero de nuestros papás y nuestros abuelos”, sincera Fleischmann Ruiz en conversación con DF MAS.

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A pesar de todo lo anterior, admite que la empresa había llegado hasta el punto límite al que podía crecer de la mano de la familia, y considera que ahora cayó en las manos indicadas:

“Para mayores horizontes, tiene que estar en manos de una empresa de nivel mundial. Y yo creo que como responsable de la familia, y de todas las familias que trabajan en Fleischmann, era lo que tocaba hacer. Y proyectarla hacia 80 años más. En ningún caso Dragados ha comprado esta empresa para ponerle llave. Al revés, es para potenciarla. Y ahí hay una oportunidad gigante para cada uno de los trabajadores de esta compañia”.

Un acuerdo que nació en otro continente

El nexo con la gigante española nació en Australia. En 2016, Fleischmann partió con su familia a pasar un año en ese país. En su reemplazo, había quedado liderando la administración de la compañía Héctor Sepúlveda, que hoy además es uno de los accionistas minoritarios que también vendieron su participación a ACS. Él compró la firma completa.

En ese periodo en Australia, Fleischmann conoció a un ejecutivo de CIMIC, otra de las filiales del conglomerado ibérico, que estaba liderando la construcción de un hospital en la ciudad costera de Adelaida. El proyecto había sufrido retrasos y CIMIC necesitaba ayuda para el comisionamiento, esto es, un proceso de puesta en marcha y diferentes pruebas que se hace para asegurar que los sistemas de instalación industrial funcionen según lo diseñado. Fleischmann reunió a una decena de ingenieros chilenos y sacaron adelante el proyecto con exito.

El ejecutivo español en cuestión era Juan Santamaría, que hoy luce el título de CEO del Grupo ACS. Ese mismo año, 2016, el holding se estaba lanzando con la construcción de su primer data center en España. Fleischmann le comentó a Santamaría que su compañía llevaba ya algunos años trabajando en centros de datos y hospitales en Chile. Y quedaron en conversar. Pero esas conversaciones tuvieron que esperar ocho años para materializarse.

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En 2024, los europeos volvieron a acercarse a la chilena. “Me dicen que ahora quieren conversar un poco más en serio, que les interesa nuestra experiencia en data centers y en otro tipo de construcciones de infraestructura”, cuenta Fleischmann.

Y todo terminó en un due diligence. La compañía local se asesoró, además de su abogado interno, Diego Correa, con Deloitte; mientras que ACS contó con el apoyo de KPMG. La revisión duró cerca de seis meses, hasta que hace un mes, firmaron acá en Chile. Aún siguen esperando las autorizaciones de la Fiscalía Nacional Económica (FNE), que debe visar la operación.

Al menos por un par de años, Fleischmann se quedará como gerente general de la compañia y dice que está abierto a extender ese plazo. De hecho, asegura que el Grupo ACS no hará reestructuraciones mayores: seguirá la misma plana ejecutiva y el nombre de la familia fundadora. La idea es catapultarla a un nuevo nivel.

Porque ACS juega en otras ligas. Vendió casi US$ 14 mil millones sólo en los primeros tres meses de este año. Ha construido más de 7.000 km. de autopistas, 3.500 km. de carreteras y 1.500 puentes.

La compra, explica, no es sólo para darle fuerza a Dragados en temas de infraestructura digital en Chile, sino que en toda América Latina. “En EEUU tienen una empresa grande, que es líder en lo mismo que hace Fleischmann, se llama Turner. Y desde ahí arriba quieren bajar”, cuenta. “Es un orgullo que se hayan fijado en nosotros, al final, en lo que se ha hecho en estos 80 años. No sólo lo que he hecho yo: lo que ha hecho mi viejo, mis tíos, mi abuelo”.

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