Himnos por decreto

Estamos en el mes de la patria

y a poco más de una semana de la efeméride central de la conmemoración de nuestra independencia como país libre y soberano. Aunque hay quienes solo se enfoca en la llegada del feriado largo correspondiente, las demostraciones de amor por esta tierra, sus productos y los logros de sus gentes se ponen, en efecto, a la orden del día.

Las banderas salen a relucir

así como las escarapelas, los escudos y otros preclaros emblemas que representan los confines más ignotos de la peruanidad. Se levantan copas de pisco y los platos típicos circulan profusamente por las mesas de la ciudadanía, sean de anga o manga, y en todos los sectores sociales.

Pero los estallidos de patriotismo

detonados por la proximidad del 28 de julio, no justifican gestos tan ridículos y de tan baja estofa como los del Gobierno. Nos referimos, por supuesto, a la pretensión de que los medios de comunicación estén obligados a propalar el himno nacional completo dos veces al día, cual rito cuartelario transmitido en cadena nacional. Es decir, como si volviéramos a los tiempos de la dictadura militar.

Aunque ayer mismo hasta el propio propulsor de la medida, el general (r) Walter Astudillo, ministro de Defensa, dio un pasito atrás al explicar la iniciativa, puntualizando que era este un anteproyecto “prepublicado para escuchar las opiniones de la ciudadanía y recoger sus observaciones”, ha generado desconcierto y malestar. Incluso en el propio gabinete, cuya mayoría de integrantes se las ha arreglado para evadir el tema, salvo el ministro de Relaciones Exteriores, quien fue claro en manifestar su disconformidad con tan infeliz idea.

LEAR  Solicitud del Departamento de Justicia de los EE.UU. para que un juez federal desmantele las operaciones de tecnología publicitaria de Google.

“Imponer (que se transmita) el himno por ley no me parece compatible con los principios democráticos”, declaró el canciller.

El texto de la llamada ‘Ley que Unifica y Armoniza la Regulación de los Símbolos de la Patria’

regula también el uso de los emblemas patrios y puede que en eso tengan razón, pues se ha visto –no solo en el Perú, también en otros países de la región– el abuso no solo comercial, sino político, del escudo o la camiseta que usan los deportistas que representan al país en competencias internacionales.

En el mes de la patria

lo que corresponde es recordarnos a nosotros mismos el potencial y el devenir histórico del Perú como nación. Y para ello no se necesitan himnos obligatorios ni patrioterismos baratos.

Deja un comentario