Pablo Echeverría, ciudadano venezolano, fue detenido durante un operativo dirigido por la Fiscalía Penal Supraprovincial Especializada en Derechos Humanos e Interculturalidad de Ica y Cañete. Está sindicado como presunto autor del crimen del periodista Gastón Medina.
La madrugada de este viernes se ejecutó un operativo de allanamiento y detención preliminar judicial contra Pablo Echeverría, investigado por el asesinato del periodista Gastón Medina, ocurrido el 20 de enero de este año en Ica. La diligencia fue liderada por la Fiscalía Penal Supraprovincial Especializada en Derechos Humanos e Interculturalidad, con apoyo de la Policía Nacional del Perú.
Gastón Medina fue asesinado el 20 de enero de este año en Ica.
Según las autoridades, Echeverría habría actuado por encargo, aunque no se descarta que haya participado directamente en el atentado que acabó con la vida de Medina, comunicador conocido por denunciar irregularidades en su región.
La investigación continúa bajo estricta reserva para determinar posibles autores intelectuales y el móvil del crimen.
El asesinato de Gastón Medina, periodista y director de Cadena Sur TV, se produjo en un contexto de creciente violencia contra la prensa en nuestro país.
Medina había denunciado irregularidades del Gobierno Regional de Ica y de diversas autoridades, lo que lo convirtió en blanco de amenazas y ataques previos a su muerte.
Su caso se suma a una preocupante tendencia de agresiones contra periodistas en el país, donde la Asociación Nacional de Periodistas registró 392 ataques en 2024, reflejando un entorno cada vez más hostil para el ejercicio del periodismo independiente.
En abril, la familia de Gastón Medina declaró a Perú21 que el caso estaba paralizado y que la investigación no avanzaba.
Nelly Nathalie Caico Sánchez, pareja de Gastón Medina y madre de su hijo de 10 años, reveló a este diario que teme por su vida. “No hay justicia si callamos”, declaró con firmeza.
La familia y amigos del periodista asesinado, conocido como ‘Wolfi’, llegaron a Lima para exigir justicia y visibilizar el caso. Lo más alarmante, según denuncian, es que hasta el momento ningún abogado ha querido asumir su defensa, lo que refleja el temor que aún persiste en torno a esta investigación.
Desde 2022, Gastón Medina, de 61 años, vivía bajo constante amenaza: recibió cartuchos de dinamita, mensajes anónimos, pintas en su vivienda y hasta arreglos florales con balas incluidas. Pese a las denuncias reiteradas, ni la Policía ni la Fiscalía le ofrecieron protección efectiva.