Ya ha pasado más de un mes desde que la señal rusa RT comenzó a transmitir en Chile a través de Telecanal, una estación de televisión abierta que, en los últimos años, ha enfrentado dificultades finacieras. Su arribo generó controversia: RT es propiedad del gobierno de Vladimir Putin y ha sido prohibida en países y organizaciones como Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea, acusada de operar como un instrumento de propaganda estatal.
Durante este mes, la señal se ha mantenido activa. Aunque la mayoría de los contenidos son informativos y noticiosos, también hay espacio para formatos de humor. Uno de ellos abordó, precisamente, la controversia por la llegada de RT a Chile. En pantalla, una persona vestida con una camiseta del club Palestino ironizó con que la transmisión del canal ruso en suelo nacional “ha levantado tremendo revuelo en la nación sudamericana”.
Y añadió: “Tanta preocupación por la llegada de un canal de TV parece más propia de otros momentos de la historia chilena, ¿verdad que sí?”. La secuencia fue seguida por una imagen manipulada de Augusto Pinochet, con voz de niño, diciendo: “De Rusia no puede venir nada bueno, sólo propaganda marxista”.
La parte seria vino después: “RT no es un canal bélico ni de propaganda injerencista desestabilizadora de democracias”, comenzó diciendo el presentador, “sino un proyecto de comunicación alternativa que busca dar a conocer otros enfoques sobre asuntos de interés mundial, entre ellos también los que sostiene Moscú”.
Para cerrar, el mismo conductor leyó una serie de comentarios en redes sociales y medios chilenos de usuarios que respaldan la presencia de RT en la televisión abierta.
En paralelo, el Consejo Nacional de Televisión (CNTV) sigue monitoreando el caso. Además, se han comenzado a tramitar reclamos formales de televidentes en contra de Telecanal.
