El pontífice fue alcansado por una bufanda durante una audiencia pública.
La seguridad del Papa León XIV fue puesta a prueba este miércoles durante una audiencia pública en la Plaza de San Pedro, cuando un objeto lanzado desde la multitud impactó directamente en su cabeza. El sumo pontífice, que saludaba a los fieles mientras recorría el lugar a bordo del papamóvil, no mostró signos de incomodidad ni interrumpió su trayecto. El objeto, que parecía una bufanda de colores rojo y amarillo, fue rápidamente retirado por el equipo de seguridad vaticano, que permanecía atento a cada movimiento en el recorrido.
Imágenes y videos del momento, registrados por los asistentes, muestran como el objeto es arrojado con fuerza y acierta en la cabeza del pontífice. Aunque en un primer momento no se sabía qué era exactamente lo que había sido lanzado, los registros permiten observar que se trata de una prenda de tela. La rápida actuación del personal de seguridad evitó mayores sobresaltos, aunque el episodio no ha pasado desapercibido.
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Hasta el momento, la Santa Sede no ha emitido un pronunciamiento oficial respecto al incidente, ni se ha identificado públicamente a la persona responsable del lanzamiento. Este suceso ha despertado una ola de comentarios en redes sociales, donde se debaten los protocolos de seguridad que rodean al papa, especialmente durante eventos masivos donde el contacto con los fieles es constante.
La figura del Papa León XIV, el primer pontífice de origen peruano y estadounidense, ha captado una atención sin precedentes en los últimos meses. Su estilo cercano, que privilegia el contacto con la gente, ha sido ampliamente valorado por los creyentes, pero también ha planteado desafios para su resguardo. El incidente reaviva un debate que ya había estado presente en el Vaticano: cómo mantener la accesibilidad del papa sin poner en riesgo su integridad física.
Aunque el objeto lanzado no causó daños, la facilidad con la que logró impactar al pontífice pone en evidencia una falla momentánea en el dispositivo de seguridad. La situación ocurre en un contexto de creciente exposición pública del sumo pontífice, cuyas actividades suelen atraer a miles de personas y cuyo carisma ha sido clave para revitalizar la imagen del Vaticano a nivel internacional.
No es la primera vez que un líder religioso enfrenta incidentes de este tipo durante apariciones públicas. Sin embargo, este caso podría motivar una revisión de los esquemas de seguridad actuales, especialmente en lo referente a la distancia entre el papa y los asistentes durante recorridos abiertos.