Las ganancias del primer semestre de Rio Tinto cayeron al nivel más bajo en cinco años, en la última señal de que el estancamiento de los precios de los productos básicos clave y las incertidumbres comerciales desatadas por el presidente Donald Trump están afectando a las mayores mineras.
La compañia es la primera entre sus pares en presentar sus resultados esta temporada, en la última ronda de reportes bajo el mando del director ejecutivo saliente, Jakob Stausholm. Los precios del mineral de hierro se desplomaron durante el periodo, mientras que la guerra comercial de Trump amenaza con minar la demanda de otros productos clave, como el aluminio, el cobre y el litio.
Los bajos precios de las principales fuentes de ingresos de la minería —el mineral de hierro y el carbón— presionan a la industria para que reduzca los costos y aumente la productividad de la minería. El nuevo director ejecutivo de Rio, Simon Trott, ha recibido la tarea de optimizar el negocio, mientras que su rival Glencore anunció hoy sus planes de recortar costos en US$ 1.000 millones.
La presion de los precios bajos se ve agravada por las políticas de Trump, que según Rio Tinto este miércoles siguen siendo un riesgo económico a corto plazo.
Ganancia subyacente
La segunda minera más grande del mundo reportó una ganancia subyacente de US$ 4.800 millones, 16% menor que el año anterior y por debajo de las estimaciones de los analistas. Rio pagará un dividendo a cuenta de US$ 1,48 por acción, en comparación con los US$ 1,77 del año anterior. El pago se ajustó a su ratio de pago de 50%.
Un momento crítico
La empresa sigue dependiendo en gran medida del mineral de hierro, su principal fuente de ingresos, pero durante el periodo, los precios de este ingrediente clave para la fabricación de acero cayeron 13% con respecto al año anterior, según la minera. La firma también tiene dificultades para mantener los envíos de mineral de alta calidad de sus minas envejecidas.
Los resultados llegan en un momento crítico para Rio Tinto. Su junta directiva destituyó a Stausholm a principios de este año, creyendo que, si bien el ejecutivo danés había transformado partes de una compañía que estaba en crisis cuando llegó, ahora se necesitan nuevas ideas, según comentaron personas cercanas en aquel momento.
A principios de este mes, la junta directiva designó a Trott, director de mineral de hierro, para asumir el mando. Trott ha recibido la tarea de simplificar el negocio, reducir costos y centrarse en los activos más valiosos de Rio Tinto en un momento en que se están poniendo en marcha importantes proyectos de crecimiento.
Trott, que asumirá el cargo el mes próximo, también enfrentará preguntas sobre la estrategia comercial de la compañia luego de que las conversaciones del año pasado para comprar Glencore no llegaron a nada.
Hasta el momento, el impacto directo de los aranceles se ha compensado en gran medida para Rio Tinto. El negocio canadiense de aluminio de la compañía sufrió un impacto de más de US$ 300 millones debido a las políticas comerciales de Trump, pero esto se está compensando en gran medida con el aumento de los precios de sus operaciones de cobre en Estados Unidos.
“En términos netos, creo que estamos bastante equilibrados”, afirmó Peter Cunningham, director financiero. “Parece que el mundo está gestionando esto extraordinariamente bien en estos momentos”.
Espirales de deuda
La audaz apuesta de Rio Tinto hacia el litio, que incluyó la adquisición de Arcadium Lithium por US$ 6.700 millones, hizo que la deuda neta se disparara a US$ 14.600 millones durante el periodo.
La compañía reiteró un gasto de capital de US$ 11 mil millones este año, el nivel más alto desde 2013, mientras busca diversificar su cartera de materias primas y sostener la producción de mineral de hierro.
La estancada demanda de mineral de hierro por parte de China ha mantenido los precios de este ingrediente para fabricar acero por debajo de los US$ 100 por tonelada durante gran parte del año, lo que ha reducido las ganancias del negocio de Rio Tinto.