Las pérdidas millonarias de PacificBlu antes de anunciar su cierre.

En medio de los días cruciales que vive el proyecto de fraccionamiento pesquero, el debate legislativo se tomó la agenda nacional esta semana.

El miércoles, la Comisión Mixta sorprendió al aprobar bajar la cuota de merluza común desde un 60% a un 48% para los actores industriales, mientras que el viernes, el Gobierno reconoció que en la sesión legislativa el subsecretario de Pesca, Julio Salas, entregó cifras erróneas sobre la captura de la cuota de merluza durante el 2024.

En medio de la polémica, la pesquera PacificBlu, ligada a la familia Stengel, se llevó la atención tras anunciar que cerraría sus operaciones en enero de 2026, ya que el recorte en la cuota golpea directamente sus operaciones al ser la principal explotadora de merluza del país, al contar con cerca del 60% de la cuota industrial y comprar usualmente más porcentaje al sector artesanal.

La firma, que nació en 2014 tras la fusión de las líneas de negocio de pesca blanca de Blumar, Pesquera Biobío y Congelados del Pacífico, fue clara en su declaración: “La reducción del fraccionamiento industrial (…) hace inviable la continuidad operacional de PacificBlu bajo el actual modelo productivo. Esta no es una decisión impulsiva ni especulativa: advertimos formalmente y con anticipación que este escenario nos obligaría a cerrar”, señaló el gerente general, Marcel Moenne.

El eventual cierre de la empresa que se reconoce como líder en la producción y comercialización de alimentos del mar a nivel nacional, y que cuenta con más de 800 trabajadores, no pasó desapercibido. El gremio de la industria le dio su respaldo y ayer el ministro de Economía, Nicolás Grau, se reunió con los principales ejecutivos de la firma.

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Tras la reunión, PacificBlu indicó que confía en que se generen las condiciones para reabrir la discusión legislativa. “Creemos firmemente que los parlamentarios deben legislar y votar sobre la base de datos reales, y que el país merece una política pública fundada en evidencia, que considere tanto los impactos sociales como económicos”, afirmó Moenne, tras la cita con Grau, quien tras este encuentro se fue a La Moneda.

Merluza: el negocio menos rentable

Sin embargo, más allá del golpe que significa la reducción de la cuota de merluza, los últimos años están lejos de ser prósperos para la pesquera. Según los informes económicos anuales publicados por PacificBlu y los datos de la accionista Blumar, durante los últimos seis años la firma arrastra una actividad en contracción.

En detalle, al cierre del 2024 PacificBlu perdió US$ 2,14 millones, la mayor caída que registra en sus informes. Incluso, al excluir su filial comercial dedicada al negocio de distribución (El Golfo Comercial), la pesquera no logra obtener ganancias desde 2020.

¿La razón? El principal protagonista de su complejo momento financiero es justamente el recurso donde vio mermada su cuota esta semana: la merluza. El producto reportó ganancias por última vez en 2017, mientras que entre 2018 y 2023 acumuló pérdidas totales por US$ 12,97 millones.

Las otras líneas tampoco enfrentan un buen momento. La jibia, sector que explicó casi la totalidad de las ganancias en 2018, no ha dejado de contraerse en los últimos años tras la prohibición de su captura a nivel industrial en 2019, y hoy su aporte es casi nulo. Asimismo, su filial El Golfo Comercial ha visto una reducción de 70% en sus ganancias desde la pandemia.

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El negocio que ha logrado sortear los desafíos es el segmento de “apanados”. Este ha logrado consolidarse como el pilar de la firma tras reportar utilidades históricas en 2023 (ver tabla) y es el área que acapara la mayor parte de las inversiones que viene ejecutando la firma en el último tiempo.

Mala pesca

“Años difíciles”. Ese fue el título de su reporte económico anual publicado en 2022. Y es que en los últimos años PacificBlu ha enfrentado momentos complejos desde el punto de vista económico.

“La denominada ley de la jibia, que prohibió la captura de este recurso al sector industrial en 2019, tuvo graves consecuencias para la empresa. La jibia representaba para la empresa el 44% de las capturas anuales, el 49% de los ingresos del área de pesca y gran parte de la utilidad global”, indica en su reporte anual.

Un año después, la compañía calculó que con la entrada de la ley de la jibia dejó de recibir US$ 3,6 millones, quedando el área de pesca de la empresa dependiendo solo de la merluza, por lo que esta debió asumir US$ 2,5 millones anuales de costos fijos adicionales. “En años en los que capturábamos y procesábamos jibia, la actividad de la merluza tenía un resultado que lograba el equilibrio económico”, detalla el informe.

A eso también se sumó una escasez de merluza durante 2023, además de la pandemia de Covid-19, la cual complicó “aún más la situación financiera”.

Bajo este escenario desafiante, durante el último año PacificBlu cambió su estructura en la planta de merluza, reduciendo los turnos de operación a uno solo. Pese a la medida, a 2023 solo ayudó a compensar el aumento de remuneraciones de los trabajadores de las plantas de proceso, sin lograr revertir las pérdidas del negocio.

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