En estricto sigilo, pero a buen paso, trabajan en el comando de Republicanos el programa de Gobierno que José Antonio Kast presentará con la inscripción de su candidatura a la elección presidencial en el Servel, cuyo plazo vence el próximo 18 de agosto.
Aunque para ello quedan apenas dos semanas, quienes conocen de ese trabajo sostienen que este mira también mucho más adelante. Por una parte, se está elaborando el programa de campaña, que se traduce en los ejes programáticos que serán presentados al inscribir la candidatura y la plataforma programática que esperan levantar desde la ciudadanía en los próximos meses.
Y, por otro lado, hay un trabajo que apunta al mediano plazo, pensando en una segunda etapa que se comenzará a desarrollar a partir del 15 de diciembre si Kast gana la elección. En el comando han insistido en que, si llegan al Gobierno, se comenzará a implementar su programa desde el primer día. Lo que no corresponde, dicen, es llegar a evaluar qué hacer.
Los ejes prioritarios son seguridad, economía y protección social.
En el eje de seguridad, el equipo de trabajo está siendo coordinado por el exalcalde de La Florida, Rodolfo Carter, junto con Beatriz Hevia, Jorge Parga, Enrique Bassaletti, Cristián Vial, Luis González y un grupo de colaboradores que se encuentran desarrollando las medidas para el combate a la delincuencia, el crimen organizado y la inmigración ilegal, como prioridades.
El eje económico está siendo liderado por el economista y socio de la consultora Quiroz & Asociados, Jorge Quiroz, quien, con un grupo de diversos expertos está elaborando propuestas con los ejes de desregulación, rebaja de la carga tributaria, ajuste del gasto público y empleo. En este equipo se encuentran principalmente profesionales jóvenes, liderados por el ingeniero Tomás Bunster, asociado de la consultora de Quiroz.
En el eje social, el equipo es coordinado por la socióloga María Jesús Wulf, subdirectora de Acción Republicana, y elabora propuestas en tema de salud, educación, niñez y pobreza, entre otros.
La coordinación programática general radica en el Centro de Estudios del partido, Ideas Republicanas, liderado por su directora ejecutiva, la abogada Carmen Soza, quien, junto con el director de estudios, Patricio Cuevas, está encargada de conciliar las distintas propuestas, los ejes prioritarios y revisar, junto con Jorge Quiroz, su viabilidad económica y presupuestaria.
Volver a crecer al 4%
El jueves, en un seminario organizado por Sofofa y La Tercera, Kast señaló que uno de los objetivos de su programa es que Chile vuelva a crecer al 4%, aunque advirtió que es mucho más fácil decirlo que hacerlo. En esa línea, destacó las propuestas que han ido elaborando con Quiroz, de quien dijo estar agradecido, porque “nos enseñó a pensar fuera de la caja”.
Desde su llegada, Quiroz ha ido ganando influencia en el comando. Conocedores de la interna señalan que cuando el economista fue invitado a integrarse a la campaña, pidió ser el jefe del equipo económico en un eventual gobierno, similar al rol que cumplieron Alejandro Foxley o Hernán Büchi en su momento. Tras tomarse unos días, Kast aceptó.
Aunque en realidad no está definido del todo qué significa esa responsabilidad, algunos sostienen que no necesariamente implicaría hacerse cargo del Ministerio de Hacienda, pese a que cumple con los requisitos. También podría asumir un rol coordinador económico desde La Moneda.
Quiroz plantea que, en general, en el país no se ha tomado conciencia de lo complejo y todo lo que se requiere para que Chile vuelva a esas tasas de crecimiento.
El lunes, en un encuentro organizado por Faro UDD, Quiroz destacó el documento El Puente, realizado por un grupo transversal de 17 economistas que, precisamente, propone una ruta para retomar el crecimiento en Chile. Comentó que ha revisitado en varias ocasiones el texto y que incluso subraya los planteamientos que le parecen más interesantes.
En El Puente, dijo Quiroz, se define volver a crecer al 4% como un desafío colosal, que requiere elevar la productividad a niveles de entre 1% y 1,5%, que la inversión crezca a niveles de entre 28% y 31% del PIB y aumentar significativamente la participación laboral femenina y juvenil.
Ese desafío es “mayúsculo”, afirmó el economista, porque la productividad en Chile es nula o negativa desde hace 20 años y la inversión se encuentra en torno al 23% del Producto, con una trayectoria a la baja desde el 25% en 2014. Mientras, en el mercado laboral, hoy existen más de 900 mil personas sin empleo, a las que se suman 900 mil más que están fuera de la fuerza de trabajo y que podrían estar potencialmente activos.
Quiroz mantiene contactos e incluso amistades personales con muchos de los autores del documento y ha hablado con ellos en múltiples ocasiones. En su círculo aseguraron que valora enormemente el trabajo realizado por esos economistas y su contribución al país.
“El objetivo de expansión del PIB en torno a 4% anual no responde ni a un capricho ni a un impulso voluntarista. Aunque la desaceleración de las expectativas de crecimiento es un fenómeno global, Chile se aprecia más afectado que la norma, lo cual sugiere la existencia de un fenómeno idiosincrático”, afirmó El Puente en su introducción.
En el equipo económico de Republicanos, si bien ven posible volver a crecer al 4%, esperan llegar a esos niveles al final del próximo Gobierno. “Impulsaremos sin complejos una desregulación sustantiva, rebajaremos la carga tributaria, y haremos una racionalización y ajuste del gasto fiscal. Con estos tres ejes, sumados a la recuperación de la seguridad y el orden público, estamos convencidos de que la economía logrará despegar del estancamiento en el que estamos sumidos”, insistieron al interior del comando.
Quiroz, en particular, defiende que la desregulación aumenta la productividad y, con ello, la inversión. En Faro UDD planteó que si bien cuesta encontrar un sector que no esté muy regulado, uno es el de generación eléctrica en los contratos de grandes clientes.
Planteó que, al no haber mayores distorsiones en ese segmento, los precios se encuentran entre los más bajos del mundo. “Porque no le metimos nunca mano a ese mercado, el resultado de la baja regulación es que induce inversiones”, explicó, apuntando a que en esa línea se debe transitar.
Ajuste de gasto de US$ 6 mil millones a US$ 8 mil millones en total
En los primeros 18 meses de Gobierno, el candidato republicano planea reducir el gasto público en US$ 6 mil millones.
Quiroz sostuvo que el trasfondo de tener más de 700 programas públicos es que cada uno de ellos tiene “un padrino” y responde a distintos intereses. Pese a ello dijo que este es un tema que se debe abordar con “coraje” y aprovechar la oportunidad que se abrió tras el escándalo de las licencias médicas fraudulentas en el sector público.
“Se ha tomado conciencia de que una parte relevante del gasto público es sencillamente una expropiación”, afirmó.
Además de recortar programas mal evaluados, apuntó que hay dos áreas que se deben atacar con urgencia. Una es el aumento de licencias médicas en Fonasa, donde dijo que ha aumentado el uso de licencias falsas, lo que implica un gasto entre US$ 700 millones y US$ 1.000 millones. El otro foco es reducir la evasión en el Transantiago, que llega a casi 40%, y estima que implica cerca de US$ 300 millones de gasto al fisco. “Para ajustar eso no se necesita ley, porque ya existe una, pero en eso consiste el coraje político y llegar con toda la pega hecha al 11 de marzo”, señaló.
Quiroz aseguró que un recorte del gasto público de US$ 6 mil millones es posible, tal como plantea un reciente estudio del CEP. No obstante, en sus números, llega a un monto de US$ 8. milmillones, porque sumó, además, los US$ 2 mil millones que tendría de la creación de un impuesto negativo al ingreso, que es otra de las ideas que prepara.
Rebaja de impuestos con crédito al empleo
Como uno de los ejes de su programa, Kast plantea rebajar el impuesto a las empresas desde 27% a 20% en cuatro años. Sin embargo, esa rebaja se divide en dos partes. Por un lado, el impuesto se puede acercar al promedio de 23% de la OCDE y, además, algunas empresas tendrían una rebaja adicional mediante un crédito contra el impuesto de primera categoría dependiendo del número de trabajadores de segmentos más vulnerables que tengan.
“Lo que he estado trabajando es que, así como existe un artículo 33 Bis en la Ley de Renta, que da un crédito tributario a la inversión en capital, haya un crédito tributario al trabajo formal por tramo. Por ejemplo, uno puede acercarse en una primera vuelta al promedio de 23% de la OCDE, pero con mucho menos tasas para empresas que emplean a mucha gente de menor calificación”, explicó Quiroz.
“Nosotros no hemos dicho que vamos a bajar los 7 puntos del impuesto primera categoría de una. Lo que hemos dicho es que vamos a dar un incentivo masivo al empleo, con un crédito tributario. Mientras más gente contrate una empresa, más crédito va a tener para descontar de sus impuestos a pagar. Eso es algo novedoso”, reforzó Kast en la Sofofa.
La medida apunta a promover la formalización y proteger el empleo en los sectores más vulnerables, sobre todo considerando el aumento de los costos laborales de los últimos años, y que seguirá subiendo hacia adelante con el incremento de la cotización previsional.
“Lo que buscamos, primero, es que nuestras políticas sean proempleo. Además, hay un 26% de informalidad y lo que planteamos es bajarlo al 15%”, señaló el candidato.
Las PYME, en tanto, mantendrían el impuesto del 12,5%, dijo Kast.
Impuesto negativo al ingreso
Una de las propuestas que Quiroz tomó en su totalidad del documento El Puente es la creación de un impuesto negativo al ingreso, aunque Kast recuerda que la idea ya se había planteado en su campaña presidencial anterior.
El Puente propone implementar un Impuesto Negativo al Ingreso (INI) Laboral, consistente en una política social basada en transferencias monetarias directas a trabajadores con ingresos formales bajos. Inspirado en el modelo estadounidense del Earned Income Tax Credit (EITC), el INI Laboral busca unificar múltiples subsidios dispersos, fomentar la formalización laboral, elevar los ingresos autónomos y reducir tanto la pobreza, como la desigualdad.
“Es la forma de simplificar los programas sociales, pero requiere formalización”, explicó Quiroz. Por lo mismo, esta propuesta se complementa con el crédito tributario a la contratación de mano de obra con menor calificación.
La propuesta de El Puente y que analizada en detalle por el equipo de Quiroz contempla un subsidio mensual de hasta $ 80 mil, destinado a trabajadores con ingresos brutos inferiores a $ 600 mil, el cual se pagaría de forma automática, mediante depósitos directos en cuentas bancarias. El diseño del INI Laboral consiste en tres fases: una “fase creciente”, aplicado a personas con ingreso bruto mensual menor a $ 200 mil, en que el subsidio es de un 40% del ingreso; una “fase meseta”, para ingresos entre $ 200 mil y $ 400 mil, en que el subsidio se mantiene en $ 80 mil fijos; y una “fase decreciente”, para ingresos de $ 400 mil a $ 600 mil, en que el subsidio se retira gradualmente a una tasa de 40%, extinguiéndose al llegar a un ingreso de $ 600 mil.
Esa propuesta se estima que beneficiaría a 2,8 millones de personas. De ellas, unas 129 mil ingresarían al mercado laboral y 342 mil se formalizarían, reduciendo la tasa de informalidad del 25,8% al 21,8%. Según los economistas de El Puente tiene un costo fiscal de aproximadamente US$ 2 mil millones anuales, equivalentes al 0,7% del PIB.
Pese a ello, en el comando republicano no descartan ir incluso un poco más allá. De hecho, Kast señaló en la Sofofa que el subsidio podría llegar hasta personas con ingresos que se acerquen a $ 1 millón.