«Hoy estamos en la cuna de la civilización más antigua de América, en Caral, un lugar donde hace más de 5,000 años, nuestros ancestros no solo construyeron pirámides, sino que crearon un sistema alimentario sabio y sostenible, en armonía con este desierto y el mar. Un legado que hoy está en peligro, pero que también es nuestra brújula para el futuro.
“Imaginen este valle hace milenios: mientras otras culturas dependían de la caza, aquí se domesticó la tierra árida con redes de riego y se aprovechó el océano sin agotarlo. Estudios científicos (Shady et al., 2015) demuestran que su dieta —basada en anchoveta, frejoles, lúcumas, pacaes, guayabas, camotes y ajies— era tan balanceada que evitó malnutriciones por mucho tiempo. Hoy, mientras el Perú exporta toneladas de anchoveta para harina, nuestras familias costeñas ya no la consumen como antes”, manifestó la Mg. Nut. Del Portal Salud en Casa, Katherine Cántaro
De acuerdo a la especialista, Caral nos enseña que el desierto no era un enemigo, sino un desafío creativo. Estos montículos que vemos no son solo ruinas: son el resultado de canales que vencieron la sequía y de un comercio que unió la costa, la sierra y la selva . “Para los habitantes de Caral, alimentarse no era solo un acto biológico: era un ritual de gratitud. Fogones ceremoniales con ofrendas de pescado y sapos —símbolos de fertilidad— nos hablan de una cosmovisión donde compartir el alimento era honrar a la tierra y al mar”, precisó.
“Uno de los principales alimentos que consumieron los habitantes de Caral fueron de especies marinas, lo cual se destaca la anchoveta, una gran fuente de beneficios para los pobladores, ya que en su contenido proteico posee, aproximadamente, 20-25 gramos de proteínas por cada 100 gramos de peso, es rica en aminoácidos esenciales como la lisina, la metionina y la treonina. Es excelente en ácidos grasos (omega-3), especialmente el ácido eicosapentaenoico (EPA) y el ácido docosahexaenoico (DHA). Cuenta con minerales como el fósforo, potasio, magnesio, y vitaminas como la B12, la B6 y la E”.
Para Katherine Cántaro, la anchoveta conlleva varios beneficios en la salud como la reducción del riesgo de enfermedades cardíacas, la mejora la función cerebral y es de gran apoyo al desarrollo fetal durante el embarazo debido a su contenido de ácidos grasos omega-3 .
Por su parte la licenciada en nutrición Susan Boza Zambrano sostuvo que la alimentación de los pobladores de Caral implementaron prácticas que hoy se consideran claves para la seguridad y sostenibilidad alimentaria, gracias a la diversificación agrícola, aprovechamiento de los recursos naturales de la zona, métodos de conservación de alimentos para garantizar la disponibilidad, gestión eficiente del agua , entre otros . “Según las evidencias arqueológicas, su dieta era variadas y rica en nutrientes, ya que se basaba en una combinación de alimentos vegetales y animales. Entre los alimentos vegetales, encontramos una gran variedad de legumbres, como frijoles, pallares y pajuro (frijol de árbol). También consumían achira, camote, papa que eran ricos en carbohidratos complejos y fibra. En cuanto a los alimentos animales, la anchoveta, eran una fuente importante de proteínas, ácidos grasos omega-3 y minerales, también consumían otros productos como sardinas, machas,choro zapato. Asimismo, se ha encontrado evidencia amplia del uso de salazón y secado de especies marinas que les permitían tener estos recursos nutricionalmente valiosos por periodos más prolongados y facilitar su comercio con otras regiones lo que diversificaba aún más su alimentación.”, dijo
Como se informó, hace cinco mil años en la Civilización Caral, existió una gran interacción de sociedades de costa, sierra y selva, centralizada en la Ciudad Sagrada de Caral, su principal centro urbano. Asimismo, esta civilización tuvo en Áspero, su puerto pesquero, el cual se encargó de proveer los recursos marinos a los caralinos.
Cuidemos el Mar Peruano
Asimismo Arturo Alfaro Medina , presidente de la ONG VIDA enfatizó que es importante el cuidado del medio ambiente sobre todo del mar que estos últimos años viene sufriendo del arrojo de basura , desmonte y otros daños . “Los antiguos pobladores de Caral se abastecían en su mayoría de productos marinos , venerando al océano y teniéndole respeto por ser fuente importante de su alimentación . Nosotros actualmente nos alimentamos de diversas especies marinas y por ello debemos respetar y proteger este recurso valioso.