La ausencia de ofertas en su primera licitación de su Modalidad de Cobertura Complementaria (MCC) –que crea un seguro adicional a la cotización de salud del 7%, con una prima plana por persona beneficiaria, tenga o no preexistencias, y acceso a prestadores privados en red-, dejó a Fonasa con la compleja tarea de convocar nuevamente a las compañías de seguros en un plazo de tres meses.
Y mientras el gremio que agrupa a esa industria formuló los ejes indispensables para hacer viable este mecanismo –masividad, cantidad mínima de asegurados conocidos desde el inicio y una red de prestadores atractivas- entre los expertos impera el escepticismo respecto de la viabilidad de revertir el escenario en una nueva licitación.
“Esta idea era muy buena, pero no con este diseño que fracasó, y va a volver a fracasar, si no somos capaces de cambiar el marco legal del sistema”, indicó el académico del Instituto de Salud Pública UNAB y exsuperintendente de salud, Manuel Inostroza.
Sin un cambio legal sustantivo, ya no en las bases de licitación, sino en su diseño original como un seguro de tipo voluntario sin ningún incentivo para que hubiera un número importante de afiliados y sin preexistencias, le asigno muy bajas posibilidades.
El experto siguió al detalle el proceso que fue dando forma a la MCC en el marco de la discusión de la ley corta de isapres en el Congreso. “Desde el inicio, yo fui bien crítico de la ley corta porque pensaba, junto a varios otros, que era la oportunidad para hacer una reforma estructural a las isapres, con un plan único y un fondo de compensación de riesgo con la eliminación definitiva de preexistencias y las tablas de factores. Una posibilidad que el Gobierno desestimó haciendo un acuerdo financiero de cortísimo plazo jugándose por la MCC como moneda de cambio”, recapituló en su aproximación a esta iniciativa que incluyó su participación como experto en el proceso de discusión que se realizó bajo el alero de la Comisión de Salud del Senado.
Posteriormente, formuló análisis a fondo de ese proyecto enfocados en temas como la fórmula financiera del sistema, ámbito en el que cuestionó un conjunto de factores como los precios de las primas de la MCC estimados por Fonasa. “En nuestros cálculos, el costo del seguro no eran los $ 30 mil que decía el director de Fonasa, sino que estaba en torno a $ 50 mil hacia arriba. Y de cara a la licitación -con una banda hasta $ 45 mil que dejaba a cualquiera por sobre ese valor automaticamente fuera de la licitación-, probablemente a muchas compañías les dieron magnitudes mucho más caras por condiciones de borde regulatorio”, explicó Inostroza analizando parte de las razones del fracaso en la atracción de compañías de seguros en el primer proceso realizado el mes pasado.