El gobierno justifica la medida como «eutanasia humanitaria» tras los incendios forestales, mientras que las organizaciones animalistas la califican de «masacre injustificada».
El gobierno australiano desató una ola de indignación a nivel global al confirmar el sacrificio de 750 koalas en el Parque Nacional Budj Bim (Victoria) mediante francotiradores aéreos.
La medida, considerada como «eutanasia humanitaria», fue una respuesta al estado crítico en el que se encontraban los marsupiales tras los incendios que devastaron 2,000 hectáreas en marzo.
Organizaciones como WWF Australia han exigido auditorías independientes, señalando que muchos ejemplares tenían heridas tratables.
«Esto refleja negligencia en la gestión de desastres ecológicos», declaró la portavoz del Partido Justicia Animal. La operación provocó protestas en Melbourne con 5,000 asistentes.
Los biólogos de la Universidad de Sydney revelaron que los koalas sacrificados incluían crías y madres gestantes.
Según su estudio, el 40% de los koalas podría haberse recuperado con cuidados intensivos, lo cual contradice el informe oficial.
El gobierno australiano está bajo presión internacional después de que se viralizaran imágenes de koalas con quemaduras leves.
Una petición con alrededor de 300,000 firmas exige sanciones para el ministro de Medio Ambiente de Victoria.
Expertos en conservación advierten que Australia perdió el 35% de su población de koalas en la última década.
Cada ejemplar adulto regula el ecosistema al consumir 1 kg diario de hojas de eucalipto. La polémica actual reabre el debate sobre los protocolos globales para la fauna en situaciones de crisis climática.
Mientras que Victoria está invirtiendo en drones de rescate, zoólogos proponen la implementación de hospitales móviles para futuras emergencias.