Por: Magaly Zapata
No debiera repetir, pero el oficio de contar la actualidad lo exige, cuando creíamos que lo habíamos visto todo, MORANTE VOLVIÓ A MADRID para implosionar el toreo. Fue en la extraordinaria y más importante del calendario taurino español, la Corrida de la Beneficencia, premio a los que han dejado huella la temporada anterior. Cartel de triunfadores como Fernando Adrián (oreja) y Borja Jiménez. Ambos estarán en Chota 2025.
Ambos acompañaron al ‘papa del toreo’ el domingo 8 que pasó a la historia. Tenía que ser en Las Ventas donde revalidó su esencia de ‘artista lidiador’, concepto que pocos entienden y valoran.
Si convenimos que la primera oreja reglamentariamente es potestad del soberano, el soberano quiso que el genio cortara 1 y 1 (a pesar de la espada desprendida del 2º) y que se estampara en su palmarés, el de Madrid y el de la historia del toreo su primera puerta grande en la primera plaza del orbe taurino.
Llegó en el mejor estado -no momento- de su trayectoria, a punto de los 29 años de doctorado en el arte de lidiar toros.
Los juanpedros no fueron fáciles, había que encausarlos y aguantar los parones, unos justos de casta, otros con poco fondo, cierta clase al embestir, les costaba salir de las telas (cinqueños SACRISTÁN, 116, colorado 605 kilos y 4º LÍRICO 139, negro listón, de 582 kilos) requerían la firmeza y convicción de Morante para destapar el tarro de sus esencias, su depurada técnica subyace imperceptible y decanta su toreo en arte exquisito para contarnos el toreo de ayer y de hoy, compendiado en su sentida interpretación, exacta colocación para recibir las embestidas al salir el toro del chiquero y sin probaturas, echar los vuelos del capote, como lanzar un pañuelo, recogerlas, imantarlas, coserlas sin enganchones, acompasarlas, ralentizarlas, transmitiendo lo que su mente y corazón sienten al torear, necesidad de vaciarse que conmociona.
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Con capote y muleta detuvo el tiempo, así decían antiguos revisteros, ¡ay! aquellos naturales del segundo como dolieron, 24 mil personas conmovidas y cientos de miles por el streaming. Cómo serían de colosal y monumental sus obras, por composición y colocación que no fueron pitadas por el tendido 7, menos la concesión de trofeos.
Madrid se rindió al arte y vivió un día histórico. Entusiastas y seguidores, gran mayoría jóvenes, saltaron al ruedo para acompañarlo en su salida a hombros y llevarlo hasta el hotel, lo hicieron salir a dar unas palabras y recibir su bendición. Peco y me confieso, decir algo debo de los alternantes, soy incapaz, el sentimiento obnubila mi razón.
Vienen verónicas y naturales a mi cabeza y se emparejan con trinos y graves profundos de alguna mozartiana reina. Será que Morante dejó atrás la noche oscura de su infierno para quedarse en el círculo de luz de los iniciados en el Olimpo del toreo como fuente de belleza incomoda y genuina donde su técnica es el vehículo sagrado y lo humano roza lo eterno en ese misterio arrebatado del arte donde se instaló su grandeza. La esencia del toreo nos ha sido revelado con Morante en Madrid, 28 de mayo y 8 de junio, con inexplicable y pasmosa naturalidad y temperamental elegancia.
Cifras de la feria de san isidro en Madrid
Casi 600 mil asistentes en 21 corridas de toros, 3 novilladas con picadores y 2 festejos de rejones, 15 fechas con lleno “no hay billetes”. Torearon 43 matadores de toros, 5 rejoneadores y 7 novilleros y 23 ganaderías anunciadas y hasta 8 encastes diferentes.
Triunfador oficial, Talavante; mejor faena Morante al primero de Garcigrande el 28 de mayo.
Para enmarcar dos faenas, Borja Jiménez y Sebastián Castella del 5 de junio, estarán en Chota 2025 y el francés también en Cutervo.