La fuerza del mar ha arrasado las estructuras turísticas en Barranca, mientras que en Huacho se suspendió toda faena pesquera por seguridad.
Los intensos oleajes que se registran en el litoral peruano continúan causando estragos. Esta vez, el circuito de playas de la ciudad de Barranca resultó gravemente afectado. El histórico balneario de playa Chorrillos es el más perjudicado. La fuerza del mar ha llegado hasta las veredas, debilitando las bases de estructuras cercanas.
Los oleajes anómalos, que han persistido durante varias semanas, se intensificaron entre la mañana del viernes y este sábado, afectando más de medio kilómetro del litoral. Los zócalos de los miradores turisticos se encuentran visiblemente deteriorados y expuestos. Asimismo, casetas de la policia de salvataje, instaladas para la temporada de verano, están en riesgo de colapsar debido al impacto constante del oleaje.
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Vecinos de las playas Chorrillos y Miraflores denunciaron la falta de trabajos preventivos por parte de las autoridades locales y regionales. Tampoco se ha observado el uso de sacos de arena para proteger viviendas vulnerables ni la presencia de personal de defensa civil monitoreando el fenomeno. Solo una bandera roja advierte a los visitantes del riesgo que representa ingresar al mar. A pesar del mal clima, varios comercios y restaurantes cercanos decidieron abrir sus puertas en un esfuerzo por mantener sus ingresos.
En la provincia vecina de Huaura, el panorama es similar. Las playas y el puerto de Huacho han sido cerrados temporalmente debido a las fuertes olas que comenzaron a registrarse el fin de semana. Toda actividad pesquera ha sido suspendida en caletas como Carquín, Végueta y Medio Mundo. A diferencia de lo reportado en Barranca, en Huaura el fuerte oleaje marino está acompañado por vientos intensos y ligeras garuas.