Como político, empresario, director de empresas públicas y privadas, el economista Óscar Guillermo Garretón tiene a su haber una vasta trayectoria que partió a fines de la década de los 60 asociada al movimiento estudiantil y al MAPU, a cargos como exsubsecretario (entre 1970 y 1972) y desde ahí a los grandes procesos de la historia reciente de Chile. Los últimos episodios han estado ligados a la ex Concertación y al PS –partido al que renunció en 2019- y finalmente con la creación de Amarillos por Chile en 2022 y la opción por el rechazo en la Convención Constitucional.
En la agitada escena política actual marcada por la recta final de la administración Boric y el despliegue de alternativas políticas en creciente polarización, Garretón llama a estrechar filas tras las grandes prioridades que expresan los chilenos en todos los estudios de opinión: seguridad y crecimiento.
“Si hay algo en que se ha ido haciendo una mala conciencia en el país es la sensación de que el sector público trabaja mal, de que improvisa o es incompetente”.
“Desde la política a las mayorías, hoy tenemos que dar muchas respuestas y muy ambiciosas. Pero hay una política que quedó congelada en el pasado, así como el actual Gobierno está negando respuestas a la gente de hoy –en asuntos como la seguridad, regulación del uso de la fuerza y control de las migraciones- y no han sido capaces de resolverlas”, apunta en un juicio igualmente crítico en materia de crecimiento. “Este Gobierno ya terminó y desde el punto de vista económico ha sido un fracaso. Llevamos más de diez años sin crecimiento y las proyecciones tendenciales es que en los próximos diez podrían ser también de un 2%”, enfatizó.
Si bien precisó que “este un fracaso no comenzó con este Gobierno, sino mucho antes, desde que el mundo de izquierda excomulgó a la Concertación de las respuestas desde Bachelet 2”- Garretón manifestó que en el escenario actual “tenemos la obligación de alterar la inercia que nos lleva a un crecimiento de 2% permanente, y a una situación de mediocridad de la economía intolerable para el grueso de la gente”.
Sobre la magnitud del desafío, recuerda que de los últimos 11 años, en nueve Chile ha crecido menos que el mundo “condiciones en las cuales resolver la demanda de mejores pensiones, educación y salud, es una ilusión; necesitamos crecer más”.
– A poco más nueve meses del término del actual Gobierno ¿Cómo evalúa su gestión en general?
– No han podido eliminar mucho de lo querían, o se han equivocado, y muchas de las cosas que querían mejorar no lo han hecho, como en la atención de salud -ni para los de isapres, ni para los sin isapre- y en educación, donde a nivel básico y preescolar hay indicadores negativos mientras sus presupuestos públicos crecieron más de 30%, dentro de un sector que en general aumentó sobre un 84% en los últimos años, pero funciona igual o peor que antes.
-En los últimos meses, uno de los ejes del debate ha sido el manejo de la política fiscal del ministro de Hacienda ¿cuál es su visión?
– Con este Gobierno vivimos algo muy raro. Era tal la alarma frente a lo que plantearon inicialmente quienes entraron a gobernar, particularmente el Frente Amplio y el PC, que cuando apareció Marcel como ministro para todos fue un alivio porque daba tranquilidad de saber hacer las cosas. Pero eso no resuelve el problema del crecimiento. Marcel no ha tenido capacidad para, por un lado, estabilizar, y por otro hacer crecer, tarea que quedó pendiente para lo que viene.
-En su cruzada por el ajuste del gasto público, el Consejo Fiscal Autónomo recibió un duro emplazamiento del ministro Marcel ¿corresponde esa interpelación?
– Con el actual déficit no se están cumpliendo normas de disciplina fiscal indispensables en el largo plazo. En este marco, Marcel declara que tiene que recortar el presupuesto; la oposición pide que recorte más y el CFA incluso es mucho más drástico. Todos coinciden en que hay que recortar el presupuesto público y, si hay ese consenso, lo importante es que efectivamente asuman que si no va a haber plata en el Estado, la única manera de crecer es lograr que haya inversión privada.
-¿De qué manera debe el Estado impulsar la inversión privada?
-El Estado se quedó sin plata. El nivel de endeudamiento y de déficit fiscal al que hemos llegado, obliga a reconocer que lo que queda como fuerza de crecimiento es el sector privado. Y sí hay gente que quiere invertir.
-¿Cuáles deben ser los pilares de esa convocatoria?
-Uno de los desafíos grandes es conseguir que un sector privado -que se ha sentido más bien hostilizado o, por lo menos, deprimido-, vuelva a tener entusiasmo para actuar. Si se quieren más cárceles, van a tener que ser concesionadas; lo mismo si se quieren más carreteras, trenes, puertos y viviendas.
“La baja del impuesto a las empresas es indispensable. No es que los empresarios estén invirtiendo menos que antes, lo que pasa es que una parte no pequeña de la inversión la están haciendo fuera debido a las condiciones que se han colocado aquí”.
El escándalo por las licencias médicas
-¿En qué condiciones se encuentra la gestión del Estado para abordar este reto?
-Hay que terminar con este estado de degradación de un Estado obeso que crece en presupuesto pero no en servicios. No es solamente un problema de plata o de digitalización. El presupuesto público de salud se ha más que doblado en los últimos años y las listas de espera aumentan y los hospitales públicos están en déficit. En el fondo no es más plata lo que requiere el Estado, sino un tipo de gestión distinta.
-¿Qué revela sobre esto el reporte de 25 mil funcionarios públicos que viajaron fuera del país en sus períodos de licencia médica?
-El tema sirve como una campanada a nivel país para entender la necesidad de un cambio profundo en la política de recursos humanos del aparato público. Un día son las licencias médicas, otro son las horas extraordinarias por millones y millones de pesos, y otro son casos como el de ProCultura o Democracia Viva.
-¿Qué lecciones cabe sacar de estos casos?
– No es solo el tema de las licencias médicas, sino el de un sector público que está muy expuesto a ser defraudado. Y la única manera de controlar esto es con un pacto por una política de recursos humanos del sector público que asegure procesos de selección, evaluación y sanción modernos. Lo que tenemos hoy es absurdamente anacrónico y perjudicial. Desvincular a una persona que lo hace mal es prácticamente imposible.
-¿Ve un elemento positivo en la gestión de la Contraloría?
– Me parece fantástico lo que ha hecho la Contraloría, de la cual siempre he sido muy crítico. Lo que se hizo ahora con el cruce de antecedentes que permitió detectar este robo masivo en licencias médicas refleja una nueva forma de hacer la labor fiscalizadora por la cual hay que felicitar a Dorothy Pérez.
“Sembradores de desesperanza”
-¿Qué importancia asigna al consenso alcanzado sobre la urgencia de destrabar la aprobación de proyectos de inversión?
– No hay crecimiento viable posible si no se rompe el cerco que han tendido sobre la actividad empresarial, y de emprendimiento. Ni siquiera hay que inventar proyectos nuevos. En lo que se ha llamado permisología, hay miles de millones de dólares en proyectos que están haciendo cola desde hace años por una gran cantidad de gente con la esperanza de llevarlos adelante, en todas las regiones, y que están siendo bloqueados por lo que llamo sembradores de desesperanza.
– Las críticas al manejo del Gobierno escalaron con el proyecto de fraccionamiento de la pesca. ¿cómo se debe abordar?
-En el tema de la pesca, lo concreto es que se le entregó al Parlamento una información distorsionada, equivocada y eso llevó a tomar decisiones que significó poner en riesgo el trabajo de miles de trabajadores en Talcahuano. La persona que se equivocó en eso debería responder.
-¿El subsecretario de Pesca Julio Salas debió haber renunciado?
– Lo que sería razonable es que le pidieran la renuncia. Un error de ese tipo que termina dañando a miles de trabajadores de Talcahuano y sus familias, y eso no puede salir gratis. Aquí se vive pidiendo perdón por las cosas que se hacen mal.
-¿Qué revela este episodio sobre la calidad de la gestión pública?
-Si hay algo en que se ha ido haciendo una mala conciencia en el país es la sensación de que el sector público trabaja mal, de que improvisa o es incompetente. Para crecer, parte de las tareas es tener un sector público impecable, que las políticas públicas se definan bien desde el primer momento y que el resultado es exactamente el que quería buscar y no que a mitad de camino digan perdón, me equivoqué… esos errores cuestan mucho. Y lo es segundo es la probidad, donde tenemos que hacer un remezón, porque que la imagen de corrupción que tiene el aparato público ante la población es de un nivel insostenible para el prestigio de la democracia y la política.
-Tras la polémica por la desaceleración de proyectos industriales de litio de empresas chinas, se levantaron críticas contra la ministra de Medio Ambiente, Maisa Rojas, atribuyéndole una gestión que frena las inversiones.
-Procesos medioambientales que demoran y no se resuelven, retrasan las cosas de manera torpe. Cuando un proyecto forestal en Chile demora diez años en estar activo y en Brasil lo hace 18 meses, entonces estamos en un problema aquí, porque no es que en Brasil sean más permisivos, si no más eficientes.
La propuesta de Amarillos
Bajo la dirección de un grupo de profesionales con experiencia gubernamental y privada -como René Cortázar, José Pablo Arellano, Mariana Aylwin, Ricardo Escobar y Matías de la Fuente, entre otros-, Amarillos por Chile está trabajando en un documento de nueve pilares sobre el desarrollo que necesita el país, de cara al escenario de definiciones políticas que viene. “Fundamentalmente, apunta a cosas muy concretas en infraestructura –como carreteras y ferrocarriles-; minería para duplicar la producción; en energía, ya que estamos en una crisis en transmisión y desalinización. Además, aborda temas de seguridad y orden público”, indicó Garretón. La propuesta será entregada “a la candidatura que Amarillos apruebe, pero también queremos invitar al resto porque son proyectos país”.
-¿Qué proponen en materia de política tributaria?
-Parte de los lastres que arrastramos es que en los últimos 12 a 13 años llevamos más de diez reformas tributarias que tienen una característica común: no han aumentado la recaudación- que fluctúa en torno al 20% del PIB- y han desalentado las inversiones. Parte de una política de crecimiento, es tener una política tributaria estable, un sistema tributario racional y eficiente. En ese sentido, es alentador que Evelyn Matthei haya hablado de reducir la tasa de impuesto a las empresas.
-¿Están pensando en estimular la inversión bajando impuestos?
– La baja del impuesto a las empresas es indispensable. Y tengo la impresión de que, en general, hay un cierto consenso. La discusión es cuánto. Y tiene que ver nuevamente con el crecimiento: no es que los empresarios chilenos estén invirtiendo menos que antes, lo que pasa es que una parte no pequeña de la inversión la están haciendo fuera debido a las condiciones que se han colocado aquí.
“No descarto que nosotros podamos apoyar efectivamente a Evelyn Matthei”
“Una de las condiciones para poder construir futuro es sincerar las cosas: hoy día hay dos derechas -que se alimentan antropófagamente y lo que gana una se lo quita la otra- y en la izquierda ocurre otro tanto, con el llamado socialismo democrático buscando separar aguas con el mundo del Frente Amplio y el PC; y hay un centro disperso. Esa es la realidad, la cual inmoviliza”, sintetizó Garretón sobre el escenario político presente.
-De las alternativas más competitivas en la carrera presidencial ¿cuál es el escenario que prefiere para una segunda vuelta?
– Si es que, por ejemplo, pasan Evelyn Matthei y Carolina Tohá –y sin abandonar lo que cada una tiene en sus relaciones con la derecha y con la izquierda, respectivamente- ojalá ambas conversaran más, y que Evelyn conversara menos con (Johannes Kaiser) Kaiser y Carolina con (Lautaro) Carmona.
– ¿Cómo se debe tratar el tema del crecimiento de cara al proceso electoral?
– Necesitamos una política que mire para hacia adelante. Si queremos que se responda a lo que demanda la mayoría de la población, yo preferiría que tome el Gobierno gente que no sea la misma que han dado un 2% de crecimiento, y que, por lo menos, se tenga la oportunidad de crecer más.
Hasta, ahora yo no le he escuchado propuestas potentes sobre crecimiento a la alternativa desde Tohá. Y en el caso del PC y el Frente Amplio, han sido más bien reacios en los temas de seguridad y orden público y, por lo tanto, si ellos van a volver a gobernar -volverían si gana Carolina Tohá- no veo por qué hay que confiar en que van a ser exactamente distintos a lo que han sido en este período.
-¿A quién apoyará Amarillos?
-No tengo ninguna autoridad para definir lo que Amarillos quiera como su candidato (a) presidencial. Pero yo no descarto que nosotros podamos apoyar efectivamente a Evelyn Matthei, que, en el fondo es una centroderecha moderada que ha buscado evolucionar, es una posición menos radical que, por lo mismo, es atacada por la derecha más ultra.
Tengo la impresión de que la viabilidad del futuro Gobierno va a depender de que efectivamente converja en un diálogo con la oposición. Creo que ninguno de ellos es capaz de hacer gobierno solo con la otra fuerza de la derecha o con la otra fuerza de la izquierda, dependiendo de quién gane.
-En qué está el objetivo de reconstituir orgánicamente el centro político, donde lo más cercano es la unión con Demócratas.
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