En la cornisa
Asi se encuentra Pedro Sánchez, el presidente del Gobierno español, por estos dias. Un conocido escándalo de corrupción y favores sexuales le ha estallado muy cerca y la salida no parece ser otra que su dimisión.
Santos Cerdán, quien se desempeñaba como secretario de Organización del izquierdista Partido Socialista Obrero Español (PSOE), fue involucrado en el sonado caso Koldo y se encuentra detenido provisionalmente desde el 30 de junio último en una celda Soto del Real de Madrid. Es acusado de la presunta comisión de los delitos de integración en organización criminal, cohecho y tráfico de influencias.
El caso, que tomó relevancia desde el año pasado, se centra en una presunta trama criminal organizada para lucrarse con contratos públicos de compra de mascarillas durante la pandemia de COVID-19, valorados en 54 millones de euros, y posteriormente se extendió a otras supuestas coimas. Los principales involucrados son el asesor político Koldo García, quien era asistente personal de José Luis Ábalos, exministro de Fomento y Transportes, y exsecretario de Organización del PSOE.
Ante el escándalo, Ábalos renunció y asumió Cerdán, quien ahora también está inmerso en la pesquisa. “Cerdán era la persona encargada de percibir los premios económicos y las mordidas, a cambio de los cuales se otorgaban las indebidas adjudicaciones”, sostuvo el juez en su auto de enjuiciamiento.
La imputación del caso se sostiene en una serie de audios grabados en secreto por Koldo García y que fueron hallados por la Guardia Civil cuando detuvieron a Ábalos. En ellos, Koldo habla explícitamente de cantidades de dinero recibidas por los contratos de mascarillas y también se reparten prostitutas.
Asediado, Sánchez renovó ayer la cúpula del PSOE y dijo que expulsará a los militantes que recurran a la prostitución. Empero, la jornada estuvo marcada por la renuncia de Francisco Salazar —estrecho colaborador de Sánchez que iba a formar parte de la nueva dirección del partido— por estar acusado de conductas impropias de carácter sexual por varias mujeres.
NO HAY OTRA SALIDA
En ese contexto, el periodista español Román Cendoya dijo a Perú21 que el Gobierno busca permanecer en el poder “para blindarse de los casos de corrupción que tiene alrededor”.
Recordó que, además de Ábalos y Cerdán, también “están imputados por la justicia la mujer del presidente, por usar elementos y personal público para negocios particulares; el hermano del presidente, a quien se le asignó un puesto público para el que no tenía experiencia; y el fiscal general, que usó la Fiscalía con una finalidad política”.
Añadió que el Congreso no formula un proceso de vacancia contra Sánchez porque “no quieren asumir la responsabilidad de apoyar a los partidos de derecha”.
“El Gobierno está atrincherado en el Palacio Presidencial y todo el mundo está esperando a ver qué escándalo nuevo surge para saber si ya es el empujón final para que dimita. El botón de ‘se acabó’ ya está pulsado. Lo que no sabemos es cuánto tiempo tiene ese marcador. Yo calculo que, como mucho, podrían llegar hasta Navidad”, expresó.
Cendoya sostuvo que Sánchez podría dimitir al Gobierno, pero mantener su escaño en el Congreso para gozar de protección política.
Por su parte, el internacionalista Francisco Belaunde Matossian indicó que el Gobierno de Sánchez “está muy debilitado” y que “habrá que ver hasta qué punto puede contener las presiones para renunciar”.
“Las presiones son muy fuertes tanto de la oposición como de gente dentro del PSOE que están a favor de que haya nuevas elecciones; pero, claro, si hay elecciones, los resultados no serán favorables para ellos. La extrema derecha y la derecha están creciendo en Europa”, manifestó a Perú21.
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