Por: Antero Flores-Araoz Cuidado con el año pre electoral

Reflexiones sobre la economía preelectoral en Perú

Por lo general en nuestro país, al igual que en muchos otros Estados, el año preelectoral no es bueno para la Economía, pues es habitual que las inversiones decrezcan ante el temor de que el sendero político democrático y prosistema, pueda sufrir algún desmedro y, en el caso peruano, ello podría pasar como efectivamente sucedió en el 2021. No olvidemos además lo dicho en su momento por el político social cristiano Roberto Ramírez del Villar, en el sentido de que el órgano más sensible y cobarde del inversor es su billetera. Si bien la frase pudiese no ser exacta, ése es su sentido, palabras más o palabras menos.

Penosamente los peruanos no escarmentamos ni en cabeza ajena ni en la propia, por lo que nadie nos puede garantizar de que no se repita el catastrófico resultado del 2021, de penosísima recordación, en que el candidato presidencial menos preparado (para ser generoso y no muy ácido), de corte populista, seguidor de los caciques de Cuba, Nicaragua y Venezuela, fue el ganador, propinando para nuestro país sueños de opio de imposible realización con sus prédicas y propuestas marxistoides, leninistas y maoístas.

Algunos comentaristas bastante optimistas dicen que si bien la época preelectoral es complicada, no hay que temerle pues el Perú sobre todo está creciendo, como lo demuestran nuestras exportaciones del año 2024 en relación con el año precedente 2023. En el 2023 nuestras exportaciones fueron de 64,607 millones de dólares, incrementándose en el 2024 en un 15.6% para alcanzar los 74,664 millones de dólares, en que si bien hay un aumento en la cantidad exportada no es menos cierto que hubo incremento sobre todo en los precios de nuestros productos minerales, lo que nadie garantiza que pueda continuar.

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Si tenemos que destacar en el cuadro de nuestras exportaciones del 2024, que nuestro principal país de destino es China con el 33.8% del total de ellas, seguido por los Estados Unidos con el 12.7% de las mismas. Entre los primeros diez lugares no se encuentra ninguno de nuestros socios en la llamada Comunidad Andina, antes denominada Acuerdo de Cartagena. En la Alianza del Pacífico que estamos asociados con México, Colombia y Chile, este último está en el octavo lugar de nuestros destinos de exportación con un bajo 3%, lo que debería llevarnos a hacer un enjundoso estudio de la situación y su diagnóstico, para establecer los correctivos requeridos.

Bueno pues, para no irnos por las ramas y regresar al objeto de esta columna, debemos advertir que siendo lo deseable que la política y la economía anden en cuerdas separadas, en la realidad no lo es, puesto que la situación política y social puede influir muchísimo en lo que es la economía, por lo que hay que estar muy atentos ya que el aumento señalado de nuestras exportaciones no necesariamente es el curso que la realidad nos digita para un año preelectoral y, más cuando los candidatos que apuntan a la inversión y al desarrollo nacional, no se ponen de acuerdo con egos más grandes que sus estaturas.

Recordemos el conocido dicho “La confianza mató a Palomino”, frase que sale de la obra de Mario Vargas Llosa “¿Quién mató a Palomino Molero?”.