Por: Bruno de Ayala Bellido // Los primeros “milagros” de León XIV

No ha pasado una semana desde su elección como nuevo líder de la Iglesia Católica, y el papa León XIV —“de Chiclayo a Roma, y de ahí al mundo”— ya parece obrar milagros. Su sola presencia ha logrado que miles de caviares, progresistas, feministas y globalistas —esa turba organizada de flequillos y cabellos fucsias, envueltos en una supuesta superioridad moral e intelectual—, quienes durante años fueron acérrimos detractores de la Iglesia Católica y anhelaban verla dividida, de pronto se conviertan en fervientes devotos.

A sus tradicionales “virtudes”: la sinrazón, el despropósito, la envidia y la manipulación del relato histórico según sus intereses, habría que sumarle ahora una más: el descaro.

O tal vez lo que buscan es condicionar el accionar del recién elegido pontífice. Ingenuos. Creen que con sus saludos, albricias, resúmenes sesgados y apelaciones a la supuesta amistad entre el papa León XIV y el fallecido Francisco (con quien mantenemos profundas discrepancias), lograrán fracturar a la Iglesia Católica. Ese es, en el fondo, el objetivo de estos “nuevos católicos”: dividir desde dentro. Se colocan una venda para no ver lo evidente: la simbología, los gestos y, sobre todo, las palabras del nuevo pontífice a lo largo de su trayectoria pastoral en el Perú.

En el momento de su presentación pública, en plena Plaza San Pedro, eligió el nombre de León, evocando al papa León XIII, declarado anticomunista. Primera clarinada. Se mostró en el balcón con las vestiduras tradicionales, al estilo de Benedicto XVI, y anunció que residirá, como debe ser, en el Palacio Apostólico. Guiños, y más guiños, a una Iglesia que basa su fortaleza en la tradición. Parece que ha llegado a su fin la época de la frase efectista y tribunera del peronismo eclesial. Llegó el tiempo de tender puentes y, sobre todo, de respetar la historia de una institución clave en el devenir universal.

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Para mayor referencia, transcribo algunas de las declaraciones públicas del nuevo papa, que dejan en claro su posición frente a la coyuntura actual:

• 12 de abril de 1995, Seminario Villanova (EE. UU.):

“La teología marxista busca reemplazar la gracia por la revolución y termina adorando al Estado por encima de Dios.”

• 8 de diciembre de 2007, Diócesis de Chiclayo:

“El relativismo moral promovido por ciertas corrientes marxistas niega la verdad de Cristo y corrompe la conciencia de los jóvenes.”

• 7 de enero de 2012, entrevista radial en Perú:

“Nos quieren convencer de que la homosexualidad es una opción neutra. Pero Dios creó al hombre y a la mujer, no a una identidad fluida.”

• 27 de noviembre de 2016, homilía en la Iglesia Santa María Reina:

“La ideología de género es una colonización cultural que destruye a la familia desde sus cimientos.”

• 8 de mayo de 2025, primera alocución como papa León XIV:

“Reafirmo con claridad: la Iglesia no puede ceder ante ideologías comunistas ni ante imposiciones culturales que niegan la ley natural. Cristo es la verdad, y solo en Él hay libertad.”

Nada que celebrar, “nuevo católico” progre y globalista. Eres testigo de la llegada de un papa moderado, fiel a la tradición, pero con la capacidad de escuchar por el bien de la Iglesia. Todo por la unidad de la Iglesia Católica.

(*) Analista internacional

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