Todos sabemos la situación actual que vive el Perú, es un caos político, judicial y social fomentado por la inseguridad ciudadana y la ingobernabilidad de muchas regiones del país que ya están perdiendo soberanía. A esto se suma la crisis partidaria, con muchos líderes de diversas agrupaciones políticas en crisis, y al vínculo de varios parlamentarios con la minería y tala ilegal, y el narcoterrorismo, unidos con elementos corruptos dentro de las fuerzas del orden y con un ejecutivo inerte, que a la vista, no hace nada para erradicar estos problemas, y peor aun si estamos cerca a las elecciones del 2026. Esto nos lleva a preguntar, ¿No es el futuro que se avecina incierto en el Perú? ¡Claro que sí!
Existen además de lo mencionado, muchos otros indicadores que se han degradado cada vez más, debido a la corrupción y a la creciente inseguridad ciudadana.
Todo parece falso. Las actitudes del Ejecutivo no convencen a nadie. Las pocas acciones de algunos en el Legislativo no resuelven nada, ya que ni el Poder Judicial acata las leyes que emite, creando un estancamiento donde parece que nadie sabe para quien trabaja. Los únicos que saben que sucede, son los “rojos” y “caviares”, ya que todo les está saliendo de acuerdo a sus intereses y a los del Comunismo del Siglo XXI, cuyos promotores en las regiones de Centro América y Sud América son países como México, Cuba, Brasil, Venezuela, Colombia y Bolivia, entre otros, además de algunos organismos internacionales como la ONU, OEA y algunas ONGs que sostienen en parte este fenómeno.
Como dice el científico peruano Manolo Fernández, el Perú no necesita más elecciones amañadas, necesita una refundación ética, política y judicial. Si el pueblo donde estamos todos incluidos (Civiles y Militares) no despierta ahora, y no paramos esta situación, continuaremos siendo condenados a elegir entre los verdugos que nos han engañado, saqueado y sometido una y otra vez. Con el tiempo, seremos cada vez más débiles y nuestras instituciones del orden estarán más infiltradas, lo que permitirá que los “rojos” se apoden del poder de este noble país y de sus inmensas riquezas.
La crisis aumenta con más de 40 partidos aspirando ser parte del Congreso y de la presidencia de la República, en su mayoría de izquierda. Esto genera confusión en la población y en el electorado, que no sabe por quién votar, ya que casi todos los planes partidarios ofrecen lo mismo, pero carecen de un equipo que sustente el ¿Quién?, el ¿Cómo?, el ¿Cuándo?, el ¿Con qué? y el ¿Para qué? En resumen, es un desastre, ya que no se sabe si cumplirán o no lo que prometen, salvo algunos partidos de derecha que, por su parte, no quieren unirse ni formar alianzas, sino mantener su independencia. Así, no llegarán a ningún lado. Deberían aprender de la izquierda, que cada vez tiene más alianzas que confrontaciones.
Es increíble ver cómo no hay un líder de derecha que se dé cuenta del futuro que tendrá que enfrentar el país si no se consolida una alianza partidaria fuerte y unida, con líderes capaces de sacrificarse por la patria que los vio nacer y por un Perú, que hoy más que nunca, los necesita con sus capacidades y su gente. ¡Es ahora o nunca!