Sergio Sánchez, para el Blog Bit Finanzas, señala que Larry Fink, el CEO de Blackrock, considera que Estados Unidos está al borde de una recesión.
En una entrevista con CNBC, Larry aseguró que la desaceleración económica es evidente tras el impacto de los aranceles impuestos por el presidente Donald Trump.
“Creo que estamos muy cerca, sino ya dentro, de una recesión”.
La incertidumbre económica ha aumentado tras la imposición de tarifas globales, lo que provocó una fuerte corrección en el mercado bursátil. Aunque Trump anunció hace un lapso una pausa de 90 días en algunos aranceles, para Fink, eso no es suficiente para restaurar la confianza.
“Creo que verás, en general, una desaceleración hasta que haya más certeza. Y ahora tenemos 90 días en las tarifas recíprocas, lo que significa una incertidumbre más larga y elevada”.
Hay pues un deterioro en la confianza tanto de consumidores como de líderes empresariales. Sin embargo, otros indicadores como el empleo y las ventas minoristas han mostrado mayor solidez.
Según Fink, este contraste podría deberse a compras anticipadas por temor a las tarifas, lo que enmascara cierta debilidad subyacente.
Pero a pesar de ello y la coyuntura, Fink afirma que el país no está en una crisis financiera. “Las megatendencias como la inteligencia artificial seguirán vigentes”.
Fink reveló en un evento del Economic Club of New York, que otros CEOs también opinan que “probablemente estamos en una recesión”.
Sus comentarios coincidieron con la publicación de los resultados trimestrales de BlackRock. La firma registró 11,30 USD en beneficios por acción ajustados, superando los 10,14 USD estimados por los analistas, aunque sus ingresos de 5.280 millones de dólares quedaron por debajo de lo previsto.
En cuanto a activos, BlackRock reportó entradas netas por US$ 84.000 millones en el trimestre, cerrando marzo con casi 11,6 billones bajo gestión. Las acciones de la empresa subían menos del 1% en las operaciones matutinas.
Para Fink, el principal desafío no son las cifras inmediatas, sino la ansiedad de los clientes.
“La incertidumbre y la preocupación por el futuro de los mercados y la economía dominan nuestras conversaciones”.
Como se ve, esto consolida que Larry defiende con fuerza la llegada de la tokenización de activos como una revolución democratizadora de los mercados.
“La tokenización”, es uno de los pasajes clave de su misiva. El concepto consiste en representar activos reales (como acciones, bonos, bienes raíces o infraestructuras) en forma de tokens digitales registrados en una blockchain. Esto permitiría que cualquier persona pudiera invertir en estos activos con mayor facilidad, velocidad y transparencia.
Para Fink, la magnitud del cambio es potente. “Cada acción, cada bono, cada fondo (cada activo) puede tokenizarse. Si lo conseguimos, revolucionará la inversión”, escribe. Este proceso no solo eliminaría barreras tradicionales como los altos costos de entrada o los largos tiempos de liquidación, sino que podría reconfigurar el funcionamiento mismo del sistema financiero.
Otra dimensión clave es: la participación ciudadana en las decisiones empresariales.
La tokenización, explica que también tiene el potencial de democratizar los derechos de voto de los accionistas. “Cuando posees una acción, tienes derecho a votar sobre las propuestas de los accionistas. La tokenización facilita eso porque tu propiedad y derechos de voto están digitalmente rastreados, permitiéndote votar sin esfuerzo y de manera segura desde cualquier lugar”.