Por la plata baila el mono por Richard Arce

El incremento de más del 100% del sueldo de la presidenta Dina Boluarte es un insulto a la pobreza, una cachetada, una muestra más del desprecio de esta señora por los recursos públicos y la demostración objetiva de que solo está gobernando para buscar beneficio personal y lucro. Lo hace porque se siente empoderada, no tiene el control político del Congreso y sabe que está desprestigiada, así que ya ni se inmuta con estas críticas generalizadas y el rechazo a sus actos que rondan más con las banalidades de la vida que el sentir por el servicio público, que tan alto honor exige desde la presidencia de la República.

Boluarte se llenaba la boca hablando de la austeridad en que viven millones de familias peruanas, que con “diez solcitos” se podía hacer sopa, segundo y hasta el postrecito, como uno de esos tantos mensajes demagógicos que evidentemente no tenían la coherencia que la investidura exige, más si llegó al poder con el discurso de izquierda, ese de reivindicación de las grandes mayorías a las que prometió junto con Pedro Castillo que renunciaban al sueldo presidencial y se conformaban con sus sueldos de servidores públicos. ¡Cuánta mentira y falsedad en sus declaraciones y ofrecimientos de campaña! Hoy no queda nada más que las frivolidades de una presidenta desprestigiada que muestra que no tiene escrúpulos y que solo busca el beneficio personal.

Para lograr este incremento salarial ha tenido el refrendo del Consejo de Ministros, que ha aprobado sin chistar este nuevo “caprichito” de la presidenta y encima, los ministros sobones han tenido la desfachatez de salir a justificar las razones por las que autorizan el incremento salarial duplicándolo, dizque para que se homologue con los sueldos que perciben sus pares en la región. Es solo una patraña. La realidad es que tenemos ministros genuflexos y ramplones que por cuidar el fajín y el espacio de poder son capaces de hacer el ridículo y hasta de extralimitarse en sus funciones para satisfacer cualquier requerimiento de la mandataria, y si es con dinero público, mucho mejor.

Esta farra fiscal que se viene dando con el despilfarro del gasto público en cualquier banalidad va a continuar, y recuerden que los siguientes que van a pedir un incremento de sueldo serán los “honorables” padres de la patria que no se van a quedar atrás. Ahora van a ir por el incremento del sueldo del congresista para estar a la par de los ministros de Estado. Total, esa plata es del pueblo y si los congresistas se dan cuenta de que tienen la potestad de disponer de ella, lo van a hacer.

LEAR  Por: Alexandre Ridoutt Agnoli Momento de Silencio, No de Especulación

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