Chile se encuentra en un punto crucial en la modernización notarial. A pesar de que la tecnología ha transformado numerosas industrias, el sistema notarial sigue anclado en estructuras obsoletas que obstaculizan la eficiencia.
La Firma Electrónica Avanzada (FEA) ha demostrado ser una solución efectiva para agilizar trámites y reducir costos. Sin embargo, su implementación sigue siendo obstaculizada por intereses que priorizan la burocracia sobre la eficiencia.
A pesar de que la Ley N°19.799 regula la firma electrónica desde 2002, todavía existen restricciones que requieren la presencia física en trámites donde la firma digital ofrece la misma seguridad o incluso mayor. Ejemplos de esto son la exclusión de los finiquitos laborales de la FEA o la Ley 21.461, que exige la firma de contratos de arriendo ante notario.
La digitalización no pone en peligro la fe pública; por el contrario, la fortalece con procesos más rastreables y seguros. Por otro lado, las resistencias afectan a ciudadanos y empresas, generando costos adicionales y retrasos evitables.
Rafael Pérez
Presidente de la Mesa de Certificación Electrónica Acreditada de ACTI