Realismo en el cierre de las carboneras al 2035

Señor Director:

El anuncio del Presidente Boric de cerrar todas las centrales a carbón al 2035 es un hito en nuestra historia energética. Pero para lograrlo sin comprometar seguridad ni desarrollo, necesitamos más que voluntad: necesitamos realismo.

Las energías renovables son fundamentales, pero enfrentan restricciones de intermitencia, almacenamiento y transmisión. El gas natural, en ese escenario, puede ser un respaldo flexible, con menor huella de carbono, compatible con la infraestructura actual y adaptable a futuros avances como el hidrógeno verde. Incluso Acera -gremio de empresas renovables- ha planteado que mantener parte de la flota a gas hasta 2040 permitiría una transición más ordenada y menos costosa. Retirarlo del todo al 2035 requeriria inversiones masivas en generación y almacenamiento que implican altos riesgos de implementación.

La infraestructura gasífera existente no es un obstáculo, sino un activo que puede ayudarnos a reducir emisiones hoy, mientras las renovables ganan escala. No basta con prometer un futuro limpio: hay que construirlo con pragmatismo y visión.

Carlos Cortés Simon

Presidente Asociación de Empresas de Gas Natural

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