Los últimos datos de inflacion de Estados Unidos pusieron un manto de duda sobre la posibilidad de que la Reserva Federal pueda retomar las bajas de tasas de interés tan pronto como en septiembre, lo que en Chile ha entregado nuevos argumentos -más o menos cautos- para pensar en que vale la pena comprar instrumentos en UF a los precios actuales.
El entusiasmo inicial por el dato de IPC se evaporó rápidamente, y los rendimientos del Tesoro estadounidense subieron en toda la curva. El treasury a dos años saltaba 5,7 puntos base (pb) a niveles de 4% por primera vez en un mes, y el título a 30 años aumentaba 4,1 pb para superar la marca de 5%, algo que ocurrió anteriormente en mayo, con temores arancelarios a flor de piel.
Los operadores pasaron a descontar aproximadamente un 50% de probabilidad de que la Fed reduzca su tipo oficial en septiembre, 10 puntos porcentuales menos que ayer, de acuerdo con las tasas implícitas en futuros y swaps del mercado estadounidense.
Hay certeza de que por lo menos en octubre ya se habría llevado a cabo este primer recorte, pero al hablar de un segundo en diciembre, la expectativa se redujo a cerca de tres cuartos.
Realidad chilena
A contracorriente del alza de tasas en la renta fija estadounidense, en Chile el bono de Tesorería en UF (BTU) bajó 2 pb para cotizar a 2,54% en el tramo a 2030, liderando los montos transados entre los instrumentos soberanos, según datos de la Bolsa de Santiago. Movimientos similares vieron las tasas en pesos, pero hacia arriba.
El BTU a cinco años cerró 2024 en 2,42%, de acuerdo los registros del Banco Central, lo que pone de relieve el debilitamineto que ha tenido en el curso de este año. Estos niveles, que son la contracara de una ola de compras de bonos nominales, han generado recomendaciones de inversión por parte de varios agentes, principalmente en los tramos de dos a cinco años.
“Hemos estado viendo que hay algunos períodos para los cuales las compensaciones inflacionarias se ven un poco bajas, y eso podría responder a perspectivas de inflación menores, que también conversan con el hecho de que el mercado de tasas swap pareciera estar esperando que la Tasa de Política Monetaria llegue a 4,25% y con alguna probabilidad a 4% antes de volver a subir. Hay una visión de poca inflacion, aunque también puede responder a temas de liquidez de mercado”, dijo a DF el economista jefe de Pacífico Research, Igal Magendzo.
Por su parte, Agustín Lara, operador de renta fija de Vector Capital, explicó que “la compensación inflacionaria entre los plazos de entre dos y cinco años está relativamente baja. En un mundo que puede ser más inflacionario que deflacionario, preferiría comprar la UF en vez de venderla, porque la compensación se ve barata. El mercado está esperando que la inflación esté entre 2,9% y 3%, y por eso los agentes ahora han salido a comprar UF”.
De acuerdo con Magendzo, “hay opciones atractivas si se analizan con cuidado para posicionarse en algunos segmentos muy particulares de la curva en UF, y sin desviaciones muy significativas, dados los riesgos que persisten. Hay que estar atentos, el mercado se ha movido de estar con compensaciones más altas y ahora están más bajas, pero todo dentro de un rango más o menos limitado”.
Lara hizo hincapié en que los fondos mutuos han visto salidas de capitales de renta fija indexada a la inflacion en los plazos mencionados, presionando a las tasas de interés hacia arriba, pero podrían estar ignorando su potencial de revalorización.
De acuerdo con el operador, la apuesta por la UF no sólo actúa como un seguro contra la inflación, sino que además “si hay un riesgo más desinflacionario, también irá a favor de los inversionistas que tengan carteras en UF, porque habrá un mejor devengo”.