El homenaje destacó el papel de la Unión Soviética junto a los aliados en la victoria de la Segunda Guerra Mundial.
Por Ricardo Sánchez Serra
MOSCÚ.- El 9 de mayo de 2025, bajo un cielo solemne, una multitud récord de ciudadanos, veteranos y extranjeros se congregó en las cercanías de la Plaza Roja de Moscú para conmemorar el 80° aniversario de la derrota del nazismo, la Victoria en la Gran Guerra Patria.
Desde las primeras horas del día, calles y avenidas se llenaron de familias llevando flores, cintas de San Jorge y retratos de sus seres queridos que lucharon en la Segunda Guerra Mundial. Y esta conmemoración se replicó en todas las ciudades de Rusia, con marchas, fuegos artificiales y conciertos, en un ambiente recordatorios de festejo por la derrota del nazismo, la valentía del Ejército Rojo, así como el recuerdo doloroso a los caídos.
El aire de Moscú estaba impregnado de respeto y emoción, mientras los asistentes evocaban la memoria de los 27 millones de soviéticos que murieron en el conflicto. En Rusia, no hay una familia que no haya perdido a un ser querido o peleado en la lucha contra el nazismo.
Un desfile marcado por la memoria y el homenaje a los caídos
El desfile -que duró poco más de una hora- presentó una impresionante exhibición de fuerza y poderío militar: aviones de combate, vehículos blindados, artillería, tanques, sistema de misiles de alta precisión y vehículos aéreos no tripulados -que hicieron retumbar el suelo- y principalmente tropas. Más de 11.500 soldados -entre ellos 1.500 que participan en la operación militar especial- marcharon con disciplina militar, ante un público fervoroso y patriótico que los aplaudió con entusiasmo. En verdad, los que asistimos a esta conmemoración histórica pudimos comprobar la emoción y la pasión que une a la nación en momentos como estos. La energía y el entusiasmo del público eran palpables.
Cabe destacar que también participaron en el desfile militares de China, Azerbaiyán, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán, entre otros.
Líderes internacionales y ausencias notables
El presidente Vladímir Putin encabezó la ceremonia, acompañado por los líderes de China, Brasil, Serbia, Bielorrusia, Venezuela, Cuba, Eslovaquia, Azerbaiyán, Vietnam, Tayikistán, Uzbekistán y Kazajistán, entre muchos otros.
Sin embargo, la ausencia de varios países que fueron aliados en la Segunda Guerra Mundial, especialmente de Europa Occidental y EE.UU., reflejó la tensión geopolítica actual y los esfuerzos de algunos gobiernos por distorsionar la historia, pretendiendo boicotear el grandioso festejo, fracasando en el intento.
El mensaje de Putin
El presidente Vladimir Putin afirmó que “Hoy, a todos nos unen sentimientos de alegría y tristeza, orgullo y gratitud, admiración por la generación que aplastó al nazismo y ganó la libertad y la paz para toda la humanidad a costa de millones de vidas”.
“Nuestros padres, abuelos y bisabuelos -agregó- salvaron a la Patria. Y nos legaron defender la Patria, estar unidos, defender con firmeza nuestros intereses nacionales, nuestra historia milenaria, nuestra cultura y nuestros valores tradicionales. Todo lo que nos es querido, lo que es sagrado para nosotros”.
Enfatizó que hoy se recuerda las lecciones de la Segunda Guerra Mundial y que nunca estarán de acuerdo con la tergiversación de sus acontecimientos, con los intentos de justificar a los verdugos y calumniar a los verdaderos vencedores.
Destacó que Rusia ha sido y seguirá siendo un obstáculo indestructible para el nazismo, la rusofobia y el antisemitismo, y luchará contra las atrocidades cometidas por los campeones de estas ideas agresivas y destructivas.
Con respecto a la operación militar especial en Ucrania, el líder ruso expresó que la verdad y la justicia están de su lado y que todo el país los apoya y que están orgullosos de su coraje “y la fuerza de espíritu que siempre nos ha traído solo la victoria”.
Recordó que la URSS asumió los golpes más feroces y despiadados del enemigo y que millones de pacíficas personas tomaron las armas y con heroísmo determinaron el resultado de la guerra, con las grandes victorias en Kurskcy el Dniéper, bielorrusos, Brest, Mogilev, Odessa y Sebastopol, Murmansk, Tula, Smolensk y el heroísmo de los habitantes de la Leningrado sitiada, de Transcaucasia y Asia Central. Rindió homenaje a todos lo que lucharon y pidió un minuto de silencio por las víctimas.
A diferencia de muchos personajes occidentales, Putin refirió que “la derrota completa de la Alemania nazi, el Japón militarista y sus satélites en diferentes regiones del mundo se logró gracias a los esfuerzos conjuntos de los países de las Naciones Unidas… Apreciamos mucho la contribución a nuestra lucha común de los soldados de los ejércitos aliados, los miembros de la Resistencia y el valiente pueblo de China. Todos los que lucharon por un futuro pacífico”.
Putin fue aplaudido todo el tiempo que caminó por la Plaza Roja.
El nazismo: una amenaza que no ha desaparecido
Aunque el nazismo fue derrotado en 1945, sus ideas siguen presentes en el mundo. Nuevos grupos extremistas promueven la intolerancia y la supremacía racial e ideológica, algunos incluso con apoyo de países que proclamaron luchar contra el fascismo hace ocho décadas.
El caso de Ucrania, donde movimientos radicales han sido respaldados por potencias occidentales, demuestra que la lucha contra el nazismo no terminó con la Segunda Guerra Mundial.
Más preocupante aún es la resistencia de algunos países en la Asamblea General de la ONU para condenar al nazismo, una señal de ambigüedad peligrosa que pone en duda el compromiso global con su erradicación.
La historia no debe ser reescrita
Borrar el papel de la Unión Soviética en la derrota del nazismo es traicionar la memoria de los 27 millones de vidas sacrificadas en la lucha por la libertad.
La conmemoración no solo fue un homenaje a los caídos, sino también una advertencia contra el revisionismo histórico, que pretende moldear la verdad para ajustarla a intereses políticos contemporáneos. Preservar la memoria de la Segunda Guerra Mundial es un deber para las futuras generaciones, para no repetir ese infausto suceso y que, lamentablemente, muchas naciones se encuentran olvidando las lecciones de la historia.