Estudio publicado en revista británica demuestra que hace 8 millones de años Sacaco tenía árboles, hojas y agua.
Sacaco, en el norte de Arequipa, fue una sabana verde hace 8 millones de años. Hoy, sus fósiles vegetales sugieren que ese ecosistema podría reaparecer con el cambio climático.
Un estudio liderado por la geóloga Diana Ochoa, de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, halló 2000 granos de polen, 55 hojas y tres fragmentos de madera fosilizada en la zona.
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Los sedimentos revelan árboles como algarrobos, palmeras y ceibas que crecían en un ambiente húmedo, donde coexistían cocodrilos, marsupiales y pequeños herbívoros extintos.
La investigación fue publicada por Communications Earth & Environment, de Nature Portfolio.
El hallazgo ayuda a reconstruir el ecosistema terrestre del Mioceno tardío (8-6 millones de años atrás).
La experta explica que hoy el desierto recibe 8 milímetros de lluvia al año. Sin embargo, en esa época llovía entre 30 y 35 milímetros anuales, tres veces más.
Las hojas fosilizadas permiten estimar esa humedad gracias al tamaño y nervaduras, que dependen directamente de la cantidad de lluvia que reciben las plantas en su entorno.
Ochoa sostiene que, a diferencia de otros desiertos, el litoral peruano podría reverdecer por efecto del calentamiento global y fenómenos como El Niño, que traen más lluvias.
La investigación también comparó el polen fósil con registros más recientes. Confirmó que las especies halladas no crecen actualmente en la costa sur peruana.
El proyecto “Paleoflora del desierto peruano”, financiado por ProCiencia, involucró a científicos de Perú, Francia, España y Panamá, y formó nuevos especialistas en paleobotánica.
La clave del futuro está en el pasado. Sacaco podría dejar de ser solo un desierto fósil y convertirse en esperanza ecológica para las regiones más áridas del Perú.