El productor musical y empresario Sean ‘Diddy’ Combs fue declarado culpable de dos cargos por trata de personas con fines sexuales, según el veredicto emitido este miércoles por un jurado federal en Nueva York. No obstante, fue absuelto de los delitos más severos, como asociación ilícita y tráfico sexual, lo que evitó que enfrente una posible condena a cadena perpetua.
Se sospecha que la banda de ‘El monstruo’, ‘Los injertos del cono norte’, estaría detrás de todo.
El jurado, compuesto por ocho hombres y cuatro mujeres, llegue a una decisión unánime tras poco más de dos días de deliberaciones. La sentencia podría significar hasta 20 años de prisión para el artista, con 10 años por cada cargo de trata sexual.
Durante la lectura del fallo, Diddy —de 55 años— mostró alivio, agradeció al jurado con un gesto de oración y se giró hacia su familia, a quienes les susurró: “Me voy a casa”. Su defensa solicitó libertad bajo fianza, ofreciendo un millón de dólares y la entrega de su pasaporte, mientras el juez evalúa si procede a liberarlo tras haber estado detenido desde septiembre en una cárcel de Brooklyn.
El caso se centró en las acusaciones de Cassie Ventura, expareja del rapero durante más de una década, y otra víctima que testificó bajo el seudónimo de Jane Roe. Ambas aseguraron haber sido forzadas a participar en actos sexuales no consensuados, presuntamente organizados por Combs y facilitados por un equipo de colaboradores cercanos.
El abogado de Cassie, Doug Wigdor, afirmó que su clienta “allanó el camino para que se hiciera justica”, y destacó que este veredicto representa un paso crucial para visibilizar el abuso de poder y luchar por los sobrevivientes de violencia sexual.
Cabe recordar que Cassie resolvió previamente su demanda civil contra Combs con un acuerdo extrajudicial por 20 millones de dólares, pero su caso encendió una serie de demandas y finalmente derivó en cargos penales.
Aunque la fiscalía aspiraba a una condena mayor, el veredicto fue considerado una victoria parcial para la defensa de Diddy. La abogada Teny Geragos rompió en llanto al escucharlo, y se fundió en un abrazo con su colega Marc Agnifilo, quien declaró: “Este jurado le ha dado la vida. Sería un idiota si viola cualquier condicion que el tribunal le imponga”.
El juicio, que duró siete semanas, incluyó testimonios desgarradores y la revisión de miles de documentos y registros, pero Combs optó por no testificar en su defensa, una estrategia habitual en los tribunales estadounidenses.
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