Ha pasado más de medio siglo desde el éxito comercial global del primer videojuego y, como era de esperar, desde aquel momento hasta la actualidad, la industria del entretenimiento ha cambiado en muchos aspectos. Un ámbito en particular que ha experimentado diversas modificaciones es el de la monetización de los juegos.
En la actualidad, podemos ver superproducciones en las que se invierten sumas exorbitantes de dinero, competiciones en línea entre usuarios de todo el mundo, tramas sofisticadas, consolas de vanguardia como la Ps4 Slim, joysticks con diversas funcionalidades y gráficos sumamente realistas que sumergen al jugador en una realidad paralela.
El mercado de los videojuegos ha alcanzado niveles de crecimiento impensables hace años. Se trata de un sector que supera ampliamente los cientos de millones de dólares y que se ha convertido en el centro de atención tanto de los aficionados como de las corporaciones tecnológicas.
Si algo caracteriza a la industria de los videojuegos es la explotación de los servicios de suscripción, que en ocasiones parecen convertirse en un modelo de juego como servicio. Algunas de las empresas más reconocidas a nivel mundial apuestan fuerte por este modelo, como es el caso de Sony con su Ps4 Slim.
Para algunos expertos, el problema radica en cómo algunas plataformas están cambiando la dinámica del desarrollo de los videojuegos. En lugar de centrarse en crear experiencias de juego de alta calidad, a veces los desarrolladores se ven presionados para lanzar contenido constantemente.
Esto ha llevado a una situación preocupante: la creación de juegos que parecen incompletos o forzados. El motivo es que el modelo de negocio requiere que los juegos sigan siendo una fuente de ingresos a largo plazo, lo que lleva a una sobrecarga de microtransacciones y contenido posterior al lanzamiento que no siempre mejora la experiencia del usuario, sino que la diluye.
La monetización y los videojuegos
La creación de un videojuego puede derivar de un concepto de la compañía o de la demanda de los jugadores, como ocurrió, por ejemplo, con la PSP. Ambos elementos están vinculados con un modelo de monetización concreto desde las primeras etapas de diseño.
Un modelo de monetización es el sistema a través del cual se obtiene un beneficio económico gracias a un producto o servicio que se coloca en el mercado.
Actualmente, se pueden observar diferentes tendencias, pero los modelos híbridos y personalizados que se centran en la experiencia del jugador y la diversificación de ingresos están en auge. La publicidad, las actualizaciones, las compras dentro de las aplicaciones y las microtransacciones, entre otras estrategias, son fundamentales.
Dentro de la industria de los videojuegos, existen diferentes modelos de monetización:
B2B: en este caso, una empresa o desarrollador es contratado para crear un videojuego. Quien lo solicita paga y no hay un contacto directo entre el desarrollador y el consumidor del producto.
Este modelo es común para juegos que tienen como objetivo promocionar un producto o juegos con fines educativos;
Compra directa: un juego es un producto completo que se vende. La monetización se basa en un valor específico para cada compra. Es más complejo que el modelo anterior, ya que requiere comprender y gestionar canales de distribución, marketing y la relación con los clientes;
Microtransacciones: en este modelo, hay elementos que se pueden comprar por separado y gradualmente, como nuevos modos de juego, funciones adicionales o cambios en la estética del juego;
Publicidad: dentro del juego, se muestran espacios que obligan al jugador a ver publicidad. Una campaña de patrocinio puede formar parte de la experiencia de juego sin necesariamente estar vinculada a la marca que se promociona, ya que puede ser una relación temporal;
Suscripción: conocido como “juego como servicio”, se relaciona con experiencias en línea. Cierto contenido solo está disponible para usuarios que pagan una suscripción periódica. Este modelo fomenta la fidelidad de los usuarios hacia el juego;
Apuestas en línea: el juego coexiste con una plataforma de apuestas donde el usuario puede acceder a un sistema de pago y cobro. Cada país tiene su propia legislación sobre apuestas, pero en todos los casos, los juegos de apuestas no pueden ser aptos para menores de edad;
Esports: uno de los modelos más complejos que se basa en la propiedad intelectual. Merchandising y torneos existen porque los usuarios pagan diferentes tarifas;
Play to earn: un modelo en el que el jugador compra elementos de juego que funcionan como activos y pueden variar de valor según diferentes factores, como el rendimiento del jugador. Los cambios de precios permiten a los usuarios comprar y vender activos a través de una moneda virtual que puede convertirse en dinero real.
PlayStation y la monetización
La empresa líder en el mundo de los videojuegos ha estado estrechamente relacionada con las distintas tendencias de monetización, implementando y adaptando diferentes estrategias para generar ingresos.
Entre estas estrategias se encuentran la venta de juegos físicos o digitales, la suscripción de los usuarios a servicios que ofrecen una amplia biblioteca de juegos y otros beneficios, la posibilidad de realizar compras dentro del juego para obtener objetos o contenido adicional.
También se ha explorado el lanzamiento de juegos en PC, la realidad virtual y la oferta de juegos dentro de esta nueva forma de entretenimiento, entre otras iniciativas.
De esta manera, la empresa ha ajustado su modelo de monetización según las tendencias del mercado para atraer nuevos clientes, fidelizar a los que ya forman parte de su universo y aumentar sus ingresos.
Los modelos de monetización mencionados son algunos de los más comunes y populares en la actualidad, y es posible encontrar videojuegos que combinan varios de ellos de manera efectiva. La industria de los videojuegos se caracteriza por su constante innovación en estos modelos para mejorar su rentabilidad.