Viña Santa Ema revierte pérdidas y espera concretar en el corto plazo aperturas en Japón e India

El año 2022 golpeó con fuerza a la industria vitivinícola, donde muchas bodegas enfrentaron una caída significativa en sus exportaciones, retrocesos en sus ingresos y balances con números rojos; y Viña Santa Ema no fue la exepción. Sin embargo, tras algunos años difíciles, la viña logró repuntar.

Al cierre de 2024, Santa Ema exportó cinco millones de botellas, lo que se tradujo en ingresos por US$ 15 millones. Esto representó un crecimiento del 17% respecto al año anterior, permitiéndoles dejar atrás las pérdidas. Y para este 2025, las proyecciones apuntan a un alza cercana al 8%.

Según explicó el gerente general de la viña, Andrés Sanhueza, a diferencia de otras bodegas del sector, Santa Ema no se vio obligada a vender activos ni arrancar viñedos para enfrentar la crisis.

Andrés Sanhueza, gerente general.

Así, su estrategia se centró en la eficienciade sus operaciones y en la apuesta por productos de mayor valor.

“Básicamente fue mantener una estructura de gasto y de costos liviana y, obvio, cumplir las metas de venta establecidas, lo cual finalmente es el motor y principal generador de los cumplimientos de la estrategia. Además, tuvimos que eficientizar muchos procesos. Eso, yo creo, fue la clave del exito”, detalló.

Principales destinos

Tras la pandemia, la compañía reorganizó su estrategia comercial. Mientras que antes el 75% de sus productos se enviaban al extranjero -con China como principal destino, seguido de Estados Unidos y Brasil-, el panorama cambió en los últimos años.

Hoy, el 60% de su producción se destina a mercados internacionales, y el 40% se comercializa en Chile. De las exportaciones, Brasil lidera con un 30% de participación, seguido por Estados Unidos y China, ambos con un 15%.

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“Creemos que hay mucho espacio para seguir creciendo en Brasil, donde ya nos hemos posicionado con categorías más altas y hemos tenido buena recepción”, dijo el gerente general de la viña.

El foco en Brasil seguirá fortaleciéndose. “Creemos que hay mucho espacio para seguir creciendo en Brasil, donde ya nos hemos posicionado con categorías más altas y hemos tenido buena recepción”, dijo Sanhueza.

En el caso de China, en cambio, reconocen que ya no representa el potencial de años anteriores. “Bajó mucho el consumo, y además hoy ellos son productores. Es difícil que vuelva a ser lo que todo el mundo veía”, explicó el ejecutivo.

Respecto a Estados Unidos, proyectan que seguirá siendo un destino relevante. Pese a los efectos de la guerra comercial, Santa Ema ha logrado sortear la incertidumbre sin mayores consecuencias hasta ahora. “Yo te diría que todavía es prematuro poder tener una conclusión, pero he visualizado que la categoría de vino chileno hoy está siendo incluso un poco más atractiva. Chile tiene un arancel de 10%, mientras que Europa tiene un 25%. Obviamente ahí hay una oportunidad para poder crecer”, destacó.

Además, en 2024 concretaron su entrada a México, un mercado que califican como estratégico. Es más, según explicó hoy en día se han posicionado en el país norteamericano solo en vinos de más bajas calidad, por lo que creen que tienen una tremenda oportunidad para crecer en categorías más premium.

En el corto plazo, la viña espera concretar su llegada a Japón e India, países que consideran con alto potencial y que podrían convertirse en importantes sustitutos del espacio que dejó China, al igual que Brasil.

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Los próximos años

Santa Ema cumple 70 años en 2026, y su meta es seguir expandiéndose con fuerza. Para eso, la viña inició un plan de inversiones que incluye el impulso del enoturismo con la inauguración de “Casa Ema” en 2024, un nuevo espacio para promover la experiencia en torno al vino.

Además, esperan invertir US$ 4 millones entre este y el próximo ejercicio para modernizar sus plantas, con el objetivo de integrar y optimizar procesos productivos.

“Creemos que es importante, bajo esta mirada de futuro y de largo plazo -aunque entendemos que la coyuntura actual no está fácil- proyectarnos en poder integrar nuestros procesos, optimizarlos y modernizar esta planta con una inversión importante para nosotros”, aseguró el gerente general.

En términos de productos, Santa Ema planea innovar con nuevas líneas, incluyendo un espumante y una apuesta por vinos sin alcohol, una categoría que -según han observado- ha ganado fuerza en los últimos años y podría abrir nuevas oportunidades comerciales.

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