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¿Cómo valora la posibilidad de que se dé la vacancia presidencial contra la señora Dina Boluarte?
Siempre he creído que los vicepresidentes deben llamar a elecciones, y lo dije en su momento, incluso presenté un proyecto de ley a las dos semanas que asumió el cargo el presidente Vizcarra en abril de 2018. Siempre he pensado eso, y en el caso de la señora Boluarte, planteé en su momento que renuncie o que llame a elecciones dentro de 180 días. Y el Congreso, por supuesto que no quiso hacer caso al tema. Entonces, yo creo que todo eso se debió hacer. Estamos a la vuelta de la esquina del 28 de julio y empieza el último tramo del periodo de Pedro Castillo. Ya han sido convocadas las elecciones y me parece que sería peligroso para el país que se busque vacarla para que asuma un discípulo de César Acuña. No me parece correcto. Creo que se le haría un daño tremendo al país. Yo estaría feliz que la señora Boluarte se vaya mañana, pero creo que al país le afectaría un cambio nuevo de presidente, sobre todo a puertas de las elecciones. Lo que hay que exigirle es que no intervenga en las elecciones, que no influya en ellas, que haya todo tipo de facilidades y de garantías, y que va a ser totalmente limpio, transparente y democrático. Con el nuevo Jurado Nacional de Elecciones que tenemos, que no está Salas Arenas, es más factible que suceda. Hay que exhortar al JNE que elimine a los partidos de firmas fraguadas o falsas. Sería contraproducente para el país. No para la señora Boluarte, que se merece estar en su casa, sino para el país.
¿Cómo quedaría la economía y la lucha contra la delincuencia si vacan a la mandataria?
No sé si empeoraría, pero le puedo asegurar que no mejoraría. No podemos cambiar a las autoridades policiales, judiciales, en 24 horas. No, las normas que se puedan dar, o las medidas que se puedan tomar, no tienen efecto inmediato. Es un tema de tiempo. Perú está mal, hay que corregirlo, hay que implementar medidas de seguridad urgentes, pero evidentemente este gobierno, o un nuevo gobierno transitorio, peor aún, difícilmente puedan hacer cambios importantes antes de las elecciones. Los cambios tendrán que venir con un nuevo gobierno, uno legítimo, producto de las ánforas, y no de los caprichos, o de los malos entendidos, o de las malas intenciones de los grupos de poder económicos o políticos que hay en el país.
¿Qué expectativas tiene del gabinete del señor Eduardo Arana?
Esperaría que cambien ministros. Pérez Reyes, por ejemplo, no puede estar en Economía. Es un desastre. Ha sido un desastre siempre, desde que ha sido autoridad en el Ministerio de Transportes inicialmente. O sea, eso sí me preocupa. A mí, más que un cambio de presidente, lo fundamental en un país como el nuestro es el ministro de Economía y del Interior. Son las dos piezas claves de un gobierno. Y esas dos piezas claves, hoy día, son dos mediocres.
¿Qué explicación le da a los continuos errores de la presidenta Boluarte?
Le falta experiencia, formación, trayectoria, calle, manejo y le falta liderazgo. Tiene muchos defectos acumulados que no se pueden cambiar de la noche a la mañana. Ese es el problema, que no se da cuenta. Le falta olfato político. Los errores que comete son errores infantiles. El Rolex, el viaje, la pulsera, son errores infantiles. Estos errores que le están costando tanto su popularidad, más que otros que son de mayor medida. Creo que ahí es un tema de experiencia, un tema de trayectoria, un tema de liderazgo, un tema de partido. No tiene partido, es una improvisada, es una independiente de un partido de reciente formación. No tiene equipo, no tiene bancada, no tiene nada.
¿Qué opina del posible retorno de la inmunidad parlamentaria?
Gracias a la inmunidad parlamentaria, yo pude tirarme abajo a la organización criminal más grande que he tenido en la historia del Perú, que es la “Organización Orellana”, que me metió 47 juicios. Y no paré hasta el final. Metió juicios a mi madre que tenía 97 años de edad, en ese momento. Metió juicio a mi suegra que tenía 106 años de edad. Las dos y nada. Y a todos mis hijos y mis hermanos y primos lejanos, sobrinos lejanos que no veía en 20 o 30 años. 47 juicios por lado de activos y de cualquier cosa me acusaban, y algunos fiscales le hacían caso y me abrían investigación. Otros no. Creo en la inmunidad parlamentaria, pero por delitos de función para que se ejerza el cargo libremente y sin presiones y sin amenazas. Un parlamento que no fiscaliza no es parlamento. Un Parlamento que no fiscaliza es un tigre sin dentadura y sin garras.