Probablemente no necesitas un nuevo par de zapatos con placa de carbono o una prueba de umbral de lactato para correr más rápido en una carrera o entreno. Según un nuevo estudio publicado en el Boletin de Psicología Social y de la Personalidad, simplemente cambiar donde miras mientras corres puede ayudarte a esforzarte más y terminar más rápido. Aquí está lo que necesitas saber.
Deja de escanear el paisaje
Un equipo de psicólogos, incluyendo investigadores de NYU, Creighton y Rutgers, encontró que reducir tu atención visual (también conocido como fijar tu mirada en un punto fijo delante de ti) puede hacer una diferencia medible en cuán rápido y fuerte corres. La idea es simple: en vez de admirar la naturaleza o mirar a tus espectadores salvajes, enfócate en un punto adelante, y luego mueve ese punto hacia adelante a medida que avanzas. Cuanto más cerca estés de tu meta, más te concentras.
Los investigadores llaman a esta estrategia “estrechamiento atencional”, y en sus pruebas, los corredores que la usaron consistentemente corrieron más rápido y pasaron más tiempo trabajando a un ritmo cardíaco más alto que aquellos que fueron instruidos a tomar una vista más amplia. En resumen: menos turismo resulta en mejor rendimiento. “Al reducir cada vez más la atención a medida que un corredor pasa de etapas tempranas a más tardías de una carrera—como fijarse en un objetivo, luego encontrar otro después de pasar el primero, y finalmente la línea de meta—corren más rápido, elevan su ritmo cardíaco, y rinden mejor,” explica Emily Balcetis, una de las autoras del estudio.
No solo para los élites (pero ellos también lo hacen)
A través de seis estudios, los investigadores encontraron que los corredores más rápidos y aquellos con más experiencia en carreras eran más propensos a usar esta estrategia de manera natural. La buena noticia es que es una habilidad aprendida. Ya sea que estés buscando un nuevo récord personal o solo tratando de sobrevivir tu próximo entrenamiento de ritmo, estrechar tu enfoque es algo que puedes empezar a practicar hoy. Esto no es visión de túnel; es más como una forma de ritmo mental—una manera intencional de regular tu esfuerzo, sin sobrepensar los parciales o la forma.
Úsalo cuando importa
Para ver si la estrategia funcionaba en la práctica, los investigadores realizaron algunos experimentos de corta distancia usando corredores reales. A algunos se les dijo que mantuvieran su mirada amplia, a otros que se enfocaran en un punto fijo—ya sea durante toda la carrera o solo hacia el final. En general, aquellos que estrecharon su enfoque corrieron más rápido. También pasaron más tiempo con su ritmo cardíaco por encima de la línea base, lo que sugiere que estaban trabajando más duro, incluso si no sentían que lo estaban. Un pequeño cambio en donde miras resultó tener un efecto real en cuánto podías dar.
La conclusión
Enfocar tus ojos en un solo punto en vez de escanear tus alrededores puede ser más poderoso de lo que parece. Es una manera de bajo esfuerzo y sin costo para esforzarte un poco más cuando las cosas se ponen difíciles. La próxima vez que estés luchando en un intervalo difícil o acercándote a la meta, intenta fijar tu mirada hacia adelante, y podrías sorprenderte de lo que tus piernas aún tienen.