Por: Pablo Carranza
– ¿Está de acuerdo con la aprobación del dictamen en la Comisión de Constitución del Congreso para retornar a la inmunidad parlamentaria?
Es simplemente volver a lo que ha sido la tradición constitucional del Perú desde que fue un país independient y se consolidó como república. No es otra cosa, porque esto se hizo en los tiempos de Martín “Lagarto” Vizcarra, que quería someter a la representación del Congreso, tenerla a sus pies y despertar una ira desde el pueblo en el peor estilo populista. Lo que está haciendo el Congreso es simplemente restablecer una prerrogativa que tienen los parlamentarios en todos los países del mundo democrático y Perú lo tuvo desde su primera constitución en 1823.
– ¿Usted cree que esto se puede prestar para la impunidad?
No, ningúna, porque es totalmente constitucional. Lo que ha sido inconstitucional es quitarle a los parlamentarios esta prerrogativa que tienen. Sólo que en este país las cosas son al revés, eso se ve como bueno. Aquí la persecución de los fiscales se ve como una cosa positiva por un sector de la población, cuando eso debe estar absolutamente prohibido. Fiscales corruptos y mafiosos como los que hoy día están en el Poder Judicial y en el Ministerio Público. Ahí debe haber una profunda reorganización de eso. Entonces, a mí no me llama la atención que haya gente que aplauda a Vizcarra, pero que aplauda a corrupto Vizcarra implica participar de su corrupción y de sus maniobras anticonstitucionales. Pero lo que está haciendo la Comisión de Constitución, y espero que lo apruebe el Pleno, es restablecer la tradición constitucional del Perú. Los parlamentarios, como parte de su función, tienen una inmunidad que es inherente al cargo. Que no es verdad que eso le da impunidad, que no es cierto que eso es para que cometan delitos, como dicen algunos tontos. No es verdad, no es cierto eso. Pero los cargos de gobierno tienen estas inmunidades, que no las tienen solamente los parlamentarios, la tiene el presidente de la república, la tienen los ministros, la tienen los jueces y los fiscales. Entonces, si cuestionan la inmunidad de los parlamentarios, ¿por qué no cuestionamos la inmunidad de la fiscal de la nación, del presidente del Jurado Nacional de Elecciones y compañía?
– ¿Cuáles son los beneficios de la inmunidad parlamentaria?
Protegerlos, o sea, que los congresistas puedan desarrollar su labor de defensa frente al poder; fiscalizar, controlar y luchar, por los intereses populares, contra los aparatos del Estado y contra todo tipo de poder, porque si mañana el parlamentario, ante cada denuncia que hace, va a ser objeto de una querella judicial, de una denuncia, de un acoso policial, entonces se lo debilita. Porque, además, históricamente, así pasó: con los primeros parlamentarios, el monarca perseguía a los parlamentarios a través de las autoridades judiciales. Justamente para eso se creó, en base a la experiencia histórica, esta protección para que los tribunos del pueblo, los representantes del pueblo, tengan esta prerrogativa. En Roma había una institución que eran los tribunos que tenian inmunidad, pues ellos podían enjuiciar y denunciar a los altos funcionarios, pero para eso ellos tenían que ser inmunes y protegidos, porque si no, los podían desbarrancar del carro, los podían perseguir, los podían encarcelar. Así funciona la democracia.
– ¿Por qué cree que cada ley o iniciativa del Congreso es tan resistida por la ciudadanía?
Porque hay muchas leyes que son tontas, efectivamente. Esta ley que crea universidades por doquier, o que quiere reponer a maestros que no han pasado el examen, son leyes inconvenientes. Pero al lado de esas leyes inconvenientes hay leyes positivas, como por ejemplo la que ha restablecido la bicameralidad, la que le ha puesto coto al abuso de jueces y fiscales, estableciendo parámetros para lo que es la prisión provisional, la extinción de dominio, la prescripción, o lo más importante, el poner a los delitos de lesa humanidad un paréntesis en el tiempo para que no se persiga durante 40 o 50 años a los uniformados que salen en defensa del país en un momento determinado. Ese tipo de cosas hay que pararlas, y este Congreso, con todos sus defectos, lo ha hecho. Y por eso yo defiendo las cosas del Congreso que son positivas. Este es un tema positivo el Congreso. Si usted le pregunta a cualquier constitucionalista o cualquier profesor de derecho que hable en serio, le va a decir lo mismo que yo. Es una norma positiva que refuerza la majestad del Parlamento y el cargo de quien utiliza bien su función para defender los intereses populares.