Las sonrisas regresaron en marzo, pero la incertidumbre es cuánto podrían durar. El Indicador Mensual de Actividad Económica (Imacec) subió un 3,8% en comparación con el mismo período de 2024, una cifra ligeramente por encima de lo esperado y suficiente para que la expansión del primer trimestre alcanzara un 2% anual.
Aunque el resultado reportado por el Banco Central se vio influenciado por el día hábil adicional que tuvo el tercer mes del año, la medición sin este efecto también sugirió un dinamismo que fue valorado por el mercado. De hecho, la variación desestacionalizada fue del 0,8% con respecto a febrero y del 2,2% en términos anuales.
Determinantes en este desempeño fueron los avances en la minería (4,3%), la industria manufacturera (6,1%), el comercio (8,9%) y los servicios (2,7%).
El impulso, como lo señaló la economista jefa de Fintual, Priscila Robledo, permitió más que compensar la ligera caída mensual del 0,6% en febrero, un período afectado por el efecto del calendario (en 2024 había sido bisiesto) y por el masivo apagón que sufrió el país el día 25 de ese mes.
Según el informe de Scotia, la minería fue vital en este desempeño y lo más alentador es que se trata de un efecto que podría mantenerse. Esto se debe a que, según planteó el informe, el alto dinamismo del sector minero se debió a una recuperación en la producción de cobre debido a mantenimientos e interrupciones en meses anteriores, por lo que no esperan reversión en los próximos meses en esta línea.
Además, los servicios personales podrían estar respondiendo al aumento en las atenciones en los servicios de salud.
Por otro lado, el informe de Scotia destaca que “el Imacec alcanzó su máximo nivel desestacionalizado en la serie histórica, al igual que los servicios”.
Otro factor favorable identificado fue el aumento de la inversión pública de un 13% anual en términos reales durante el primer trimestre. Según cifras de la Dipres, el gasto de capital registró un avance del 18,5% en comparación con la Ley aprobada, siendo el mayor nivel de ejecución desde 2010.
No obstante, varios economistas advirtieron sobre la posible naturaleza transitoria del impulso que podría representar el comercio, “donde aún persiste el impulso de las compras de turistas argentinos, un efecto que debería tender a moderarse en los próximos meses”, según el informe de Coopeuch.
Las dudas y la tasa
En este sentido, todos los análisis señalan que el comportamiento futuro de la economía chilena está condicionado al impacto, aún incierto, que podría generar el aumento arancelario impulsado por Estados Unidos a partir del 2 de abril, el llamado “Día de la Liberación”, una fecha que ha marcado una serie de acontecimientos, incluida una dura respuesta en el mismo sentido por parte de China.
“Aunque la economía ha mostrado mayor dinamismo desde finales del año pasado, apoyada por las exportaciones, el turismo y la maquinaria, anticipamos una desaceleración en los próximos meses debido al deterioro del entorno internacional y al debilitamiento de factores transitorios positivos”, señaló el Banco Santander.
Entre tanto, persistirá en cierta medida el ruido derivado del calendario. Por ejemplo, las primeras estimaciones para el Imacec en abril se sitúan entre el 1,5% y el 2,5% anual -según Scotia- y el 1,7% -según Coopeuch-, debido a la alta base de comparación del mismo mes de 2024 (4%), que contó con tres días hábiles adicionales a su favor; además de que ahora incluyó la Semana Santa.
A pesar de ello, las proyecciones de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) para este año y el próximo no difieren mucho del 2% del que también habla el cálculo del PIB potencial del Banco Central.
Y ante pronósticos del 1,8% de Coopeuch, se suma la mejora en las proyecciones del PIB para 2025 de 1,9% a 2,0% y para 2026 de 2,0% a 2,1%, respectivamente, realizada por el gerente de Estudios de Gemines, Alejandro Fernández.
Estas cifras asumen que hacia el segundo semestre se comenzarán a sentir los efectos de la desaceleración internacional, “que puede ser más pronunciada de lo que se está anticipando considerando el muy violento shock arancelario de Estados Unidos”, expuso Fernández.
De cara al futuro, factores como la inflación y los niveles de tasas de interés serán determinantes para mantener ese crecimiento en torno al 2% al cierre del año, como señaló el jefe de Economía y Estrategia de Zurich AGF, Diego Valda.
Mientras que, según Scotia, el escenario de crecimiento del PIB del Banco Central “no se encuentra en peligro”. En este sentido, señalaron que, según las estimaciones del Informe de Política Monetaria (IPoM) de junio, el banco central “se encontrará con un crecimiento superior al estimado, que compensará el menor impulso externo y la revisión a la baja en el crecimiento mundial, lo que llevaría a mantener la proyección de crecimiento del PIB 2025 entre el 1,75% y el 2,75%”.
Por su parte, Robledo destacó la importancia de que el Banco Central tome los datos de marzo “con cautela”, considerando que son una instantánea anterior al “Día de la Liberación”. “Los datos recientes son coherentes con la actual postura monetaria neutral del Banco Central. Seguimos esperando que la entidad reduzca su tasa dos veces hacia finales de año”, afirmó Robledo.
Valda, cuyo escenario base contempla una expansión del PIB en torno al 2,2% este año, consideró “poco probable un recorte en la Tasa de Política Monetaria en la próxima reunión de junio”, aunque anticipó dos recortes de 25 puntos básicos en el futuro.
Por otro lado, la analista económica de Econsult, Carolina Krefft, consideró que la política monetaria “tiene margen para ser más expansiva a corto plazo”. Esto, en el entendido de que el conflicto arancelario no tendría necesariamente un efecto inflacionario en el país.
Ante esto, Krefft opinó que el mayor riesgo a considerar ahora para el Banco Central debería ser la menor dinámica en la actividad económica. Para respaldar este punto, destacó que si se observa el dato de crecimiento trimestral anualizado -como se hace en Estados Unidos-, el resultado es del 2,2%, pero al excluir el sector minero se modera a 1,5%, por debajo del potencial del 2%.